COVID segunda oleada

Foto: Tomada de salud.msp.gob.cu
Share on facebook
Share on twitter

Hace tiempo que no hablaba de la Covid -19, su amenazante presencia nunca nos abandonó en 2020 y parece que en el 21 retoma el acecho.

Su cercanía latente nos hizo seguir trabajando, con la preocupación de su posible aumento y desde hace casi un año, con las molestias que el nasobuco nos impone; pero necesario para evitar el contagio, sobre todo en lugares públicos y muy especial en el centro de la ciudad, donde las colas y la carencia de productos también se mantienen.

Pero amanecimos enero, con la esperanza de una vacuna cubana que ya avanza y será la solución para eliminar este virus mortal.

La segunda oleada

Ya se veía venir en los últimos días de diciembre, con un aumento en el número de casos y su presencia en casi todas las provincias. Pero de repente, apenas una quincena de trabajo y ya Camagüey se colocó en la lista roja, por decirlo de algún modo.

Desde el sábado 16 de enero se regresó a la fase de transmisión autóctona limitada, con el cierre de las escuelas, restaurantes e instituciones culturales.

Volvemos a los días tristes del confinamiento, solo que algunos debemos continuar trabajando y aportando a nuestra maltrecha  economía, para ello el teletrabajo y el trabajo a distancia retoman su protagonismo.

Tres consejos populares en la ciudad tienen limitada la movilidad de personas, por altas cifras de enfermos: el Vigía- Florat, Edén – Bella Vista y el Jayamá, todos con la vigilancia médica necesaria.

Se hace forzoso llamar una vez más a la conciencia de las personas, para cumplir con las medidas de higiene necesarias, que nos ayudaran a bajar el número de infectados y a mantener el menor de enfermos, mientras llega la vacuna.

Retomar el lavado de las manos con cloro, mantener el distanciamiento físico y el uso del nasobuco de manera permanente, son por ahora nuestras armas contra este enemigo microscópico, que mata a cientos de personas en el mundo cada día y que hoy nos amenaza en nuestra propia tierra,; sin distinciones.

El deber

Los periodistas desde nuestra posición de vigías,  con la pluma en la mano, seguiremos informando a nuestro pueblo y alentándolo con cada novedad; pues si algo hay seguro es que esta batalla, como tantas otras por la salud: la ganaremos.

Más relacionados