La última y eterna morada del mártir camagüeyano Mario Arostegui Recio, luchador en la clandestinidad contra Batista, posee una tarja de bronce donde se recuerda el juramento de sus compañeros: “Mario tu causa es la nuestra y por ella lucharemos hasta vencer”.
Han pasado 67 años de aquel asesinato violento al joven revolucionario, pero su ciudad natal no ha olvidado la promesa, y no solo disfrutamos de la libertad por la que ofrendó su vida, sino además, dos sitios de gran afluencia lo traen a la memoria de los camagüeyanos cada día. A esos dos espacios públicos quiero acercarte con esta crónica.
Parque Mario Arostegui Recio
Ubicado en la intercepción de la Calle República y el paseo Van Horne, este parque lleva su nombre desde 1975; en el mismo está ubicado un busto fundido en bronce por los ferroviarios, con la chatarra de una máquina de vapor.
Allí, cada 13 de noviembre, se reúnen a rememorar la perdida de aquel joven trabajador del gremio, que no toleraba las injusticias y enfrentaba con valentía a los soldados de la dictadura, para evitar cualquier abuso de los tantos que cometían a diario.
La Oficina del Historiador en el año 2000 realizó una intervención al ya muy deteriorado entorno y se remodeló el espacio, quedando con las altas vigas rojas que simulan el frente de una locomotora rusa, bancos nuevos y un bajo relieve adosado en la pared, con la cara de Mario y una frase que lo define.
El busto de bronce fue trasladado al segundo sitio que lo recuerda: el Complejo Deportivo Mario Arostegui, ubicado en la calle Jaime Noguera en el reparto la Vigía, muy cerca de la casa de la Familia Arostegui; donde residió hasta su asesinato en el cuartel de Bidot en 1953, con solo 27 años.
El Complejo Deportivo
Desde 1960 el complejo lleva su nombre, una anécdota de Marlene Álvarez Arostegui, su sobrina, habla del desconocimiento de la historia, que todavía por aquellos años había en la población.
Según me contó, al inaugurarse el espacio deportivo, que por su forma circular algunos vecinos lo llaman la rotonda, dos jóvenes se acercaron a ella en el acto de apertura para preguntarle si Mario tenía mucho dinero, pues para poner su nombre a un lugar así no había otra razón.
Dice que respiró muy profundo para no llorar de indignación y luego les dijo que su tío fue un hombre muy valiente, que por sus acciones para apoyar la lucha clandestina contra batista fue detenido, torturado salvajemente y asesinado en el poblado de Bidot, sin que pudieran arrancarle ninguna información.
Luego su cadáver fue ultrajado y colocado en el puente sobre el rio Mabay, que conduce de Bayamo a Manzanillo, junto a un petardo, para simular su muerte por la explosión y no por mano de un verdugo de la dictadura.
Sus camaradas lograron rescatar el cuerpo y sepultarlo dignamente en un panteón del ferrocarril, luego recaudaron fondos y le compraron una tumba propia.
El Homenaje
Por eso, desde el año 2000 la Oficina del Historiador, trajo a la entrada de este complejo deportivo el busto de bronce que antes se encontraba en el parque a la entrada de la calle República. Se le fundió un pedestal y se pintaron las paredes.
Desde entonces, cada aniversario de su partida el 13 de noviembre, un modesto homenaje protagonizado por los pioneros que disfrutan de la instalación, tiene lugar allí; donde sus dos sobrinas Marlene y Mercedes siempre nos acompañan.
Logran ellas sobreponerse al dolor, que le causan estos tristes recuerdos y descorrer el velo de los años, para dejarnos entrar una vez más a la historia de Mario Arostegui Recio, mártir de la lucha clandestina contra Batista, quien consagró su juventud a luchar por una Cuba libre de abusos y opresiones.
Espero que este recorrido por dos espacios públicos de mi Camagüey, te hayan acercado a la figura de un hijo digno de esta tierra.