El bolivariano Gaspar Betancourt

Foto: Tomada de internet
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Criollo de pura cepa, el camagüeyano

No cabrían en estas cuartillas las menciones de las ramas familiares, que por endogamia unían a sus padres y a su linajuda familia, con otras ramas criollas residentes en la villa principeña; varios de cuyos integrantes desempeñaron importantes responsabilidades en el ayuntamiento, la Milicia y en entidades culturales, económicas y jurídicas en la jurisdicción. Baste mencionar al capitán de Milicias procedente de la ciudad de Santiago de Cuba, en primeros lustros del siglo XVIII, Don Gaspar Alonso Betancourt y Cisneros, promotor del hospital, en 1728, que llegaría a atender la Orden hospitalaria de los Hermanos de San Juan de Dios.

El otro Gaspar Betancourt, “El Lugareño” del Camagüey, después de realizar primeros estudios, sería enviado a los Estados Unidos a completar estudios superiores, pasando luego a Filadelfia, donde residían cubanos con quienes compartiría actividades comerciales para ganar sustento. Tal vez, para encubrir su accionar político conspirativo en el Consejo Cubano integrado por patriotas. Por cierto, poco se sabe de su responsabilidad en la preparación de la expedición del vapor Cleopatra, que debía desembarcar en Cuba para derrocar el Gobierno colonial. Fue precisamente en esa ciudad, mientras daba continuidad a estudios, donde trabaría contactos con patriotas habaneros, principeños y espirituanos; que emprendían gestiones para ir en busca de Simón Bolívar y recabar su apoyo militar al proyecto de independencia de la Mayor de las Antillas. 

Soles y Rayos de Bolívar 

Ligado a la conspiración secreta no masónica Soles y Rayos de Bolívar, que en el Camagüey adoptaría el nombre Cadena Eléctrica o Cadena Triangular de Puerto Príncipe, Gaspar Betancourt anduvo de geografía en geografía con José Agustín y su hermano Antonio Aurelio Arango y Ramírez, con los espirituanos José Aniceto y Antonio Abad Iznaga Borrell, Gaspar Alonso del Castillo Betancourt (hermano del Regidor del cabildo Diego Alonso del Castillo), el subteniente de Milicias Juan Tomás Estrada, el Regidor constitucional José María Tejeda, el abogado José Ramón Betancourt, Francisco Antonio Agüero, el teniente coronel de las Milicias Nacionales José de Varona, Francisco Cosío Perdomo, los hermanos José Fructuoso y Bartolo del Castillo Varona, los corajudos José y Pedro Agustín Arias…; viajando de Cuba a Filadelfia y a Nueva York, y de esas ciudades a la Gran Colombia. En esa ruta, Gaspar Betancourt, sostendría a lo sumo cinco pláticas con el Libertador y con otros altos oficiales venezolanos.

Para llevar a cabo el proyecto liberador, 12 patriotas comprometidos del Camagüey, dieron organización preliminar e impulso a la misión, entre ellos El Lugareño; que ganaría la mistad del peruano y bolivariano Oidor de la Audiencia principeña Manuel Lorenzo Vidaurre y Encalada, a quien Gaspar Betancourt diera lecciones de inglés.

De retorno al Príncipe, al seno del hogar familiar en la calle de la Real Contaduría (actual Lugareño), al ser notificado del proceso judicial instruido en su contra y de sus compatriotas por el teniente de los Reales Ejércitos don Francisco Sedano y Galán (residente próximo a su casa), siguiendo indicación de la directiva de la Cadena Triangular, Gaspar Betancourt saldría hacia Nueva York. Ocurría esto en el segundo trimestre de 1823, en compañía de José Agustín y Antonio Aurelio, Pedro Pascasio Arias y José Fructuoso del Castillo; todos liberales constitucionalistas y seguidores del ideario de Bolívar. Una vez allí, ocuparían el núcleo conspirativo por la independencia de la Isla, al que se uniría el intelectual Lic. José Ramón Betancourt Aguilar, José Fructuoso del Castillo Varona[1], y compartiría suerte con ellos el matancero José Teurbe Tolón.[2] Gaspar Betancourt persistiría por la libertad de su Isla natal y por el progreso del Camagüey, en cambio, ganaría el destierro ordenado por el Gobierno, obligándolo a retornar a los Estados Unidos, en 1846. No descansaría, presidiría la Junta Cubana de Nueva York y fundaría el periódico La Verdad, para difundir pensamientos anexionistas, presumiendo con sana ingenuidad, -pero errática, porque a la sazón el expansionismo yanqui tenía fijados sus ojos en la Mayor de las Antillas, desde 1823-, que por esa vía política podría ganar el respaldo del Gobierno de esa nación para dar apoyo real al proyecto liberador de la Isla; que Bolívar no habría podido materializar por impedírselo los resultados negativos de la campaña militar en el Perú y por sorprenderle tempranamente la muerte.

Pronto desistiría de esas ideas para seguir inquebrantable por el camino revolucionario del separatismo, hasta cerrar los labios con el último suspiro por la independencia, como antes habría referido a sus compatriotas.

 

[1] José Fructuoso del Castillo fue bautizado en la Parroquial Mayor de Puerto Príncipe el 10 de marzo de 1817. Fructuoso fue hijo de Gaspar Alonso del Castillo y Betancourt e Isabel Varona y de la Vega. Fructuoso combatiría bajo las órdenes del General de Brigada Pedro Briceño Méndez. Tío de Fructuoso fue el alcalde constitucional Diego Antonio del Castillo y Betancourt, quien hiciera construir con parte del capital del Regidor Francisco Dionisio Recio y Agramonte un lujoso edificio de dos plantas en la calle San Francisco nro. 22 (actual 157), que ocupa en la actualidad la Dirección Provincial de Salud Pública. Fue su “casa mortuoria” del promotor del Cementerio General.

[2] Archivo Nacional de Cuba: Catálogo de los Fondos de la Comisión Militar, Ejecutiva y Permanente de la Isla de Cuba.

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