La plaza del Carmen es uno de los espacios urbanos más conocidos de la ciudad de los Tinajones. Ahí existen varios exponentes distintivos de la arquitectura que se empleó en la villa durante los tiempos de la Colonia. Uno de dichos exponentes es El Carmen, edificio que actualmente es sede de la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey.
Al terminar la edificación de la iglesia del Carmen en 1825, se inició la construcción de dos claustros que culminarían en 1829. Uno de estos sirvió de convento a las Madres Ursulinas y el otro a un colegio femenino atendido de igual manera por las monjas.
Luego de varias reparaciones y reconstrucciones, procesos en los que se cambiaron algunos detalles de la obra original, en el año 1999 el estado de conservación del edificio era crítico. Existían afectaciones en la cubierta, las paredes, el suelo, las instalaciones hidrosanitarias, entre otras.
El proceso de reconstrucción
Por aquel entonces la propia Oficina del Historiador inició un proyecto de Rehabilitación Integral del primer claustro de El Carmen a cargo de la arquitecta Yaxeli González Carmenates.
Para la realización de este se manejaron criterios relacionados con el reciclaje de recursos, la flexibilización en cuanto al uso de materiales contemporáneos y la organización del trabajo en etapas razonables de ejecución, según refirió la arquitecta en un artículo del Magacín La Ciudad Infinita.
Yaxeli explica que “los trabajos se organizaron en cuatro categorías de intervención: liberación, demolición, integración y reintegración.
La liberación consistió en retirar todos los adheridos innecesarios del edificio, como tanques elevados mal ubicados. En la demolición se descompusieron las partes agregadas que no poseían valor alguno y los pisos de ambos niveles, pues estaban en muy mal estado.
En la integración se restauraron por pequeños espacios las distintas áreas, esto facilitó las labores y disminuyó considerablemente cualquier daño accidental que pudiera ocasionar el proceso.”
La etapa final
“En la última etapa, la reintegración, se repusieron todos los elementos perdidos con el objetivo de devolver a la obra su unidad de estilo. De este modo se pudieron reponer los todos los vitrales, la carpintería de ambos niveles, la balaustrada de la fachada y las molduras de las columnas entre otros elementos.
Para determinar la carta de colores se realizó una cala donde aparecieron 14 capas de pintura. En la carpintería se usó el gris abeto que era el original, en las galerías el amarillo claro y los interiores con verde y rosa.
El inmueble quedó constituido por un 60% de vigas de madera y el resto de hormigón. En los techos se fundieron las soleras, los tirantes y cuadrantes de hormigón aprovechando la viguetería original.”
Con la inauguración del El Carmen, el 2 de agosto del 2000 la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey demostró la factibilidad y posibilidad de restaurar edificaciones antiguas salvaguardando el patrimonio histórico-cultural de las mismas.