Autorreconocernos a través de nuestros símbolos patrios es la manifestación de una identidad asumida, sentida y defendida bajo el nombre de nación. Es por ello que, en tan importante fecha, el Himno Nacional, ratifica el orgullo de saber, sentirse cubanos.
Para entender lo que representa, primeramente es necesario comprender que los símbolos son capaces de otorgar valor significativo y comprensivo a los hechos o la realidad en sí. Gracias al uso de elementos figurativos e imágenes los seres humanos pueden otorgar significación, lo cual les permite por una parte, articular y definir la realidad circundante y por otra comunicarse, expresarse y definirse en ella.
Segundo, que su fijación e institucionalización como símbolos nacionales e integración de sus componentes, obedecen a un proceso histórico en el que convergen no solo tradiciones, sino también la evolución sociocultural, a través de su propia trascendencia en la historia, como bien queda demostrado a continuación.
Himno bayamés
Su nacimiento es producido meses antes del pronunciamiento de Yara, como bien se explica en libro “Lengua, verso e historia en el Himno Nacional Cubano”, era entonado por muchachos y damas de la ciudad de Bayamo. Su utilización como insignia local en el contexto de la Guerra del 68 es evidente; si bien no tuvo la misma jerarquía simbólica que la bandera, dado que no se hace mención de su ejecución en actos solemnes de juramentación ni en las sesiones de la Asamblea de Guáimaro; además de coexistir con otros himnos locales de Holguín, y Las Villas, este último con carácter inclusivo. Asimismo es omitido en gran parte de la literatura de campaña más difundida de la época.
Un nuevo alcance
Quizás, es entonces que comience notarse una mayor connotación con los preparativos de la Guerra de Necesaria, con el objetivo de sumar voluntades y encauzar los sentimientos patrios de los cubanos, faena desempeñada por José Martí. Lo anterior justifica que fuese asumido como incentivo desde las páginas del periódico Patria. De esta forma comienza a ganar una importancia más nacional, dado que vibró en episodios de gran envergadura y connotación de la nueva contienda; manifestándose como un grito expresivo de la realidad circundante.
Es así como vemos que, desde finales del siglo XIX se observa un tratamiento de este tipo en documentos públicos de los gobiernos locales. Según la historiadora, Marial Iglesias, en su libro “Las metáforas del cambio en la vida cotidiana: Cuba 1898-1902”, era muy utilizado en fiestas y celebraciones formales de evocación nacionalista. Igualmente ella comprueba desde el manejo de la prensa escrita como fuente, su interpretación por niños cubanos en las aulas; así como la primera edición masiva en el país, en diciembre de 1900.
También se escucharon sus notas en importantes ceremonias oficiales como la firma de la Constitución, el 21 de febrero de 1901, en el Teatro Martí y el traspaso de los poderes de Leonard Wood a Estrada Palma, el 20 de mayo de 1902 en el Palacio de los Capitanes Generales. No obstante, la Constitución no acreditó su condición de himno nacional, aun cuando se había acordado por el órgano legislativo responsable de redactarla.
Carácter Oficial
Ahora bien, el presidente Tomás Estrada Palma hizo que circulara por el extranjero y fuese ejecutado por las bandas militares y civiles en las ceremonias y actos públicos. Aunque no se conoce la fecha exacta de la validación oficial de su carácter, este aconteció por esos años, según el decreto 154, promulgado en la Gaceta Oficial, el 28 de abril de 1906. Sin embargo, no es hasta 1940, que su condición de símbolo del país es reconocida en un texto constitucional, amén de las versiones realizadas y utilizadas en cuanto al contenido y música.
La evolución hacia el carácter oficial del Himno Nacional lleva a la reflexión de que, puede ser considerado como un portador de sentido y pertenencia, uno de los símbolos indiscutibles de la nación cubana.
Bibliografía
de Jesús, Pedro. Lengua, verso e historia en el Himno Nacional Cubano. Casa Editora Abril. La Habana, 2019.
Iglesias, Marial. Las metáforas del cambio en la vida cotidiana: Cuba 1898-1902. Ediciones Unión. La Habana, 2010.
Sola-Morales, Sola. Hacia una epistemología del concepto de símbolo, 2014.