El Ingenio El Oriente

Foto: Cortesía del autor
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El 11 de noviembre de 1868 El Mayor Ignacio Agramonte se incorporó a la lucha armada durante la Guerra de los Diez Años en el Ingenio El Oriente. Pocos indagaron tanto en la historia de este lugar como el historiador Gustavo Sed Nieves, por eso les compartimos un fragmento de un artículo de su autoría en la que explica la historia de este lugar.

 

El Ingenio El Oriente

“(…) el ingenio más grande de esta región es uno, que quizás sean las ruinas mejor conservadas de Cuba en ingenio y que yo les pido a los camagüeyanos que lo cuiden como oro, son las ruinas del ingenio Oriente, quiero decirles que eso es una verdadera joya para la historia de Cuba y eso hay que cuidarlo como oro…”

Manuel Moreno Fraginals

 

Su construcción data de 1844 según puede observarse en una inscripción al fuego en la solera de la casa de máquinas. Inicialmente, era movido por bueyes, y a mediados de la década del 50 se introdujo la maquinaria de vapor.

Con la introducción de la maquinaria de vapor, El Oriente se convierte en mayor de los ingenios de la jurisdicción de Puerto Príncipe, valorado en 290 805 pesos.

Contaba con 128 caballerías de tierra, incluido el potrero denominado Cañada de Palma, de las cuales diez se hallaban sembradas de caña de azúcar; una dotación de 120 esclavos (la más grande de Puerto Príncipe) y las siguientes edificaciones:

  • Casa de vivienda (mampostería y tejas de barro), 22 varas de largo, 7 de ancho y 6 de alto.
  • Casa de Máquinas (octogonal) de 18 varas de diámetro, y de alto 6 hasta la solera.
  • Casa de las calderas, 47 y media varias de largo, 35 de ancho y de alto.
  • Casa de tonelería, 40 varas de largo, 6 de ancho y 5 de alto.
  • Cocina, 15 varas de largo, 8 de ancho y 5 de alto.
  • Barracón de hembras, con tres divisiones, 40 varas de largo y 8 de ancho.

 

Una interesante descripción del lugar las ofrece Antonio Perpiñá de San Lorenzo, religioso escolapio, quien en 1865 lo visitó:

“El Ingenio de Oriente, situado al norte de Sibanicú y a tres leguas de aquel pueblo, es una de las fincas más hermosas de la vasta jurisdicción (…) ¡Qué panorama tan sorprendente! Inmensos cañaverales, circunvalados por vastas y frondosas selvas, se extienden a nuestra vista entre la entrada de ingenio y el magnífico caserío, vistosamente colocado sobre una loma de corta elevación (…) la casa vivienda del señor Luaces, en cuya fachada se levanta un soberbio pórtico que mira al gran batey.

La pieza principal de aquella habitación era una sala lujosamente adornada, en donde el amor a las ciencias, a las artes, al recreo y comodidades de la vida representado por un armónium con bellas partituras, varios cuadros de gran mérito, objetos de caza, lindos pájaros desecados, una cómoda, alfombras y preciosos tapices. Dos preciosos gabinetes se veían por ambos lados del salón, formando un conjunto de habitaciones tan extenso como animado (…) hallamos un pequeño comedor entre el salón y una deliciosa galería, que miraba al norte. Aquella extensa galería terminada una elegante balaustrada.”

En la zafra de 1859-60 produjo 1 015 bocoyes, o sea 13 210 quintales, que representaban el 5.50 por ciento del total de la producción de Puerto Príncipe.

Durante la Guerra Grande el ingenio no molió, y en 1888, su propietario manifestaba: “…que los edificios y maquinarias han sido reedificados los primeros en parte por él y puesta la segunda en condiciones de hacerla útil, pues había sido deteriorado todo durante la pasada guerra”. En esta época cabe señalar que no existe evidencia de que ingenio volviera a moler.

A fines de 1903, el latifundista Bernabé Sánchez Batista adquirió la finca, para dedicarla a la crianza de ganado.

Los fundadores

El primer propietario del ingenio fue Francisco Iraola Serrano, opulento abogado principeño. Iraola, de su matrimonio con Ana María Díaz Escanes, tuvo ocho hijos, tres varones y cinco hembras. Una de estas, nombrada Concepción, había contraído nupcias, en mayo de 1836, en la Parroquia Mayor de Puerto Príncipe, con el joven abogado habanero, José Martín Lorenzo Luaces Ferradas, quien hasta su fallecimiento, acaecido el 8 de junio de 1859, fue el que realmente administró y contribuyó al esplendor de El Oriente, pues el licenciado Iraola, además de atender otros importantes negocios en Puerto Príncipe, desempeñó un cargo en la Sección de Hacienda del Real Consejo de Administración de la Isla.

Asimismo, Iraola había ajustado con luaLes la venta de la mitad del ingenio, y, por fallecimiento de este, la operación se formalizó con su viuda Concepción Iraola, mediante escritura otorgada el 3 de julio de 1861 por la cantidad de 100 000 pesos, que serían saldados a razón de 10 000 pesos anuales.

En la cuenta divisoria de los bienes de Luaces aparece valorado el ingenio en 290 805 pesos, incluido el potrero Cañada de Palma, y como herederos su viuda Concepción Iraola y sus hijos Ana Joaquina, Serafina, Irene, Emilio, Antonio Y Ernesto L . Luaces Iraola.

Desde esa época y hasta el inicio de Guerra Grande, estuvo al frente del ingenio Emilio L. Luaces Iraola (1840-1910), joven médico que acababa de cursar su carrera en los Estados Unidos.

El licenciado Francisco Iraola Serrano falleció en El Oriente el 4 de Julio de 1868 y su hija Concepción el 25 de septiembre del propio año, en Puerto Príncipe.

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