El maravilloso cine – teatro Alkázar de Camagüey

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El arquitecto camagüeyano Francisco Felipe Herrero Morató (Barcelona, 1893 – Camagüey, 1954) tuvo en su hacer profesional importantes obras que vinieron a enriquecer, cada una en su tiempo, el panorama edilicio de la ciudad de Camagüey (Mercado La Caridad, Hotel Colón y la remodelación neocolonial del Liceo, hoy Biblioteca Provincial, entre otras).

Pero fue en el tema del teatro en el que este prolífico autor demostró mayor conocimiento de la técnica y destreza absoluta para acometer proyectos de gran envergadura.

Herrero Morató realizó la reconstrucción capital del Teatro Principal después del incendio de los años veinte, agregándole un pórtico ecléctico que se mantuvo en pie hasta la remodelación de 1977. Ya había incursionado en el tema del teatro en 1926 cuando produjo la versión que hoy conocemos del Teatro Avellaneda para Alberto Mola Marín, famoso empresario cinematográfico de Camagüey.

Sin embargo, no fue hasta 1948 cuando, para el mismo propietario, concibió, proyectó y ejecutó su mejor obra, el cine teatro Alkázar de la Avenida de la Libertad.

Graduado de arquitecto e ingeniero civil en la Universidad de La Habana en 1917, Herrero Morató fue alcalde de Camagüey entre 1925 y 1926, y Ministro de Obras Públicas entre 1941 y 1943. Las crónicas de la época y el testimonio de conocidos coinciden en afirmar que este personaje gozó de las simpatías del gran público camagüeyano y de los círculos intelectuales más prestigiosos, tal vez por desempeñar con igual celo sus responsabilidades cívicas y su exitosa carrera profesional.

El conjunto arquitectónico

Con más de 3000 metros cuadrados de superficie, el teatro Alkázar, la más refinada obra de Francisco Herrero Morató, es un conjunto arquitectónico inusual en la ciudad. En 1951 contaba con capacidad máxima para 1500 espectadores, el mayor y más lujoso cine del interior del país.

La fachada del teatro Alkázar es un ejemplar clásico del tránsito de la arquitectura del siglo XX hacia la Modernidad, de la pugna y confluencia entre verticalidad y horizontalidad, sin que prime ninguno de los dos criterios. Los elementos inclinados, a ambos lados de la fachada, contienen la iluminación escenográfica, que junto a las pilastras verticales confirman la presencia del Art Decó, tan caro a los edificios para cinematógrafos.

Pudo haberse insertado mejor dentro de la trama arquitectónica, si no fuera por la marquesina de hormigón, que vuela desafiante sobre la calzada sin tener en cuenta la altura de los portales en la avenida.

En sus vastos interiores se exhiben elementos formales y de confort clásicos del repertorio, del estilo y de la época. Escaleras y superficies curvas, amplios ventanales verticales de vidrio, tocadores y servicios sanitarios de lujo en los sótanos (en una ciudad sin sótanos), un foyer en cada nivel y salas de fumar en los balcones superiores, la taquilla de venta en un amplio vestíbulo interior, y una sala de proyección inmensa con platea baja y “balcony”.

La otra novedad para Camagüey es la conjunción, dentro de un mismo edificio, de varias funciones aparentemente incompatibles. La principal función es el cinematógrafo, con una cafetería de lujo en la planta baja que abre hacia el exterior, donde una gigantografía de 8 metros de largo, excepcional para la época, reproducía un fotograma a color del filme norteamericano “Siete novias para siete hermanos”, de “reciente” estreno.

En el entresuelo, encima de la cafetería y el vestíbulo, un Night Club, y sobre él, 2 apartamentos de viviendas privadas con vista a la avenida. El fondo del teatro se continúa, hasta la calle paralela, con otro edificio multifamiliar de tres niveles, propiedad también de Alberto Mola.

Conservó hasta el momento de su última intervención el mobiliario original de los vestíbulos y la cristalería de la fachada, la totalidad del lunetario de fábrica, ejecutado en discretas formas Art Decó, así como los decorados acústicos del salón de proyecciones y un excelente sistema de recirculación de aire acondicionado cuyas bocas de extracción se encontraban ubicadas en el piso de las plateas, entre las butacas.

La segunda mitad del siglo XX vio desfilar por su escenario descollantes figuras nacionales e internacionales del mundo artístico en boga y delirantes espectáculos teatrales como la ciudad no recuerda, a la misma vez que fue escenario de importantes eventos políticos y cívicos de la ciudad y la nación.

El 29 de mayo de 2015 -coincidente con la fecha del 29 de mayo de 1947 en la que le fue solicitado el proyecto a Herrero Morató- y ante el avanzado deterioro de sus espacios interiores y su falta de uso, las autoridades locales solicitaron y decidieron acometer un proyecto de remodelación y cambio de uso que, ateniéndose a los amplios valores del inmueble, explícitos en el otorgamiento del “Grado de Protección I” que ostenta el edificio, fuera capaz de devolver al conjunto su esplendor original y lo salvara de la desidia y el abandono de décadas.

Los autores de esta remodelación, los arquitectos Wilfredo Rodríguez Ramos y Alexander Ramírez Matos, tuvieron a su cargo la solución de un problema complejo: convertir la platea baja de la sala de proyección en un café teatro con bar, comidas ligeras y espectáculos variados alrededor del magnífico escenario original y mantener la función de cinematógrafo en el Balcony, sin que por estas razones se vieran comprometidos la integridad del conjunto arquitectónico y sus probados valores estilísticos.

A partir del concepto de reinterpretación contemporánea del lujoso estilo Art Decó, el proyecto cumplió las regulaciones y el programa establecidos, interviniendo todos y cada uno de los espacios públicos y tecnológicos del teatro, que de esta manera pudo revivir la magnificencia de sus interiores y la elegancia de su fachada, a la que le fue devuelta una réplica del cartel lumínico original, perdido desde la década de 1960.

El nuevo teatro Alkázar fue abierto al público en 2017 en un lucido acto, honrado con la presencia de Don Eusebio Leal Spengler y de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de la República de Cuba.

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