El Monasterio de las Ursulinas, edificación construida en 1829, es una de las piezas monumentales no solo de Camagüey, sino también de la historia de la arquitectura cubana. Es por ello que su estudio debe realizarse en diferentes etapas debido a las transformaciones y usos experimentados por el inmueble y a los cambios sociopolíticos que también dejaron su huella en él. El presente artículo se concentrará a grandes rasgos, entre los años 1829 y 1899.
Las Ursulinas, su llegada a Puerto Príncipe
La Orden las Ursulinas, como congregación religiosa, fue la primera de mujeres dedicada a la enseñanza establecida en la iglesia en 1535 por Ángela de Merici. Su nombre se debe a Santa Úrsula, virgen y mártir del siglo IV. Los primeros establecimientos en Ámerica se debieron a iniciativas francesas.
Su llegada a Puerto Príncipe estuvo subordinada a la misión educativa y a la necesidad de crear instituciones que bajo la doctrina religiosa, permitieran ilustrar a las jóvenes camagüeyanas. La primera referencia oficial que muestra los anhelos por tal institución se encuentra en acta del Cabildo celebrado el 11 de enero de 1814, en el cual se dio a conocer al Ayuntamiento la propuesta del presbítero don José Ceferino Álvarez y un grupo de vecinos de solicitar a la Regenta del Reino “la facultad de que se erija un Monasterio en esta villa con el título de Ursulinas debido a la carencia de esta enseñanza en la jurisdicción, como refiere Tamames Henderson en su libro Tras las huellas del patrimonio.
Los trámites de aprobación del monasterio demoraron hasta 1817. Específicamente el 21 de mayo del propio año, su majestad concedió el permiso e hizo saber que todo dependía de los postulantes, resolución ante la cual el Teniente Gobernador convocó a Ceferino Álvarez y a los demás participantes, a fin de valorar el capital con que se contaba para el proyecto; pero nada pudo resolverse. La insistencia de los vecinos interesados se hizo presente, cuando Ceferino acudió ante el Capitán General el 2 de septiembre para proponer que se “conmutara la Casa de Beneficencia u Obrapía del Capitán de Granaderos don Lorenzo de Miranda en el Monasterio de Usurlinas”.
Un nuevo local
Una vez solucionados algunos problemas referentes a la obtención de la nueva sede, se procede a construir el convento en los terrenos aledaños a la Iglesia del Carmen, proceso que demora tres años, siendo culminado el 13 de febrero de 1829. Sin embargo, las monjas no se trasladarían hastas el 13 de junio.
Entre las ventajas que ofrecía el recinto se hallaba la cercanía y disponibilidad a dicha iglesia tanto para las monjas como para las enfermas del hospital, edificio de gran connotación que desde su primera fase constructiva dio nombre al barrio. Las Ursulinas pronto adquirirían otras propiedades a su alrededor.
La educación femenina
De esta forma se convierte en la primera construcción en Camagüey en integrarse al sistema institucionalizador de la enseñanza católica femenina. Este ofrecía a las jóvenes una educación con signos de modernidad a la par que se presentaba com un centro culturalmente distinto.
Desalojo
Ahora bien, el 22 de junio de 1844, se dispuso por Orden Real, la supresión de los Conventos en Cuba y el paso de todas sus propiedades a la Hacienda Pública. Al igual que los demás conventos femeninos de la época permanecieron en sus sedes y con sus propiedades. Aunque otra Orden Real firmada por el rey, dos años más tarde, pondría en peligro esa tranquilidad.
El 28 de enero de 1851 se recibe la propuesta por parte del Capitán General del cambio de uso y tres días más tarde, el 31, de ocuparlo para establecer un cuartel y así dar alojamiento a la tropa que debía proteger esta plaza. El impacto de la nueva función militar, pronto empezó a sentirse, aunque tampoco se tienen detalles de las intervenciones realizadas.
Aunque no se sabe la fecha exacta de su regreso, en el año 1881 este reaparece en sus manos. Finalizada la centuria, inscriben por primera vez sus propiedades, e indican que el inmueble está conformado por dos cuerpos: el primero cercano a la Iglesia del Carmen que serviría de convento y el segundo, lateral a la calle San Ramón acoge el colegio de internas y externas.
Conclusiones
A grandes rasgos se ha intentado explicar la historia del Monasterio de las Ursulinas en una primera etapa, entre 1829 y 1899.
Bibliografía
Tamames Henderson, Marcos A. Tras las huellas del patrimonio. Editorial Ácana, 2004.