El Teniente y su historia

Fotos: Cortesía del autor
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Si transitas por la barriada de la Vigía seguro habrás notado una tienda, en la intercepción de las calles Jaime Noguera y Perucho Figueredo, llamada El Teniente.

Pero… ¿Conoces a quién debe su nombre? Lo supe hace algún tiempo, por casualidad y no cesaron mis gestiones hasta conocer sobre la persona a quién rinde honor este denominador.

Cómo me enteré

Resulta que esa institución perteneciente a la empresa de comercio, ofrecía productos diversos, sobre todo de limpieza, además de la canasta básica de sus vecinos. Un día en busca de cloro llegué allí y conversando con unos consumidores se me ocurre preguntar a quien se debía el nombre.

La respuesta fue enérgica: al mejor delegado que hemos tenido en esta circunscripción, Víctor Hernández. Allá fui en busca de aquel hombre de 80 años, tan querido por la comunidad y retrocedimos hasta 1978 para llegar a la simiente de la tienda.

Nuestro Víctor

Con ese combatiente multifacético hemos hablado de diversos temas, pero no me imaginaba que también fuese delegado parte del Poder Popular en el primer mandato de este órgano en 1976; y que mucho sudor  le costó, primero, lograr la autorización para construir la bodega y luego, aunar a todos los consumidores de cuatro antiguas tiendas de víveres, que por su deterioro eran blanco de vandalismo con mucha frecuencia.

Así iniciaron las labores para construir la edificación que se extendió por casi dos años. La experiencia de Víctor en la construcción a la que dedicó 39 años de su vida laboral, fue de mucha utilidad para cuidar cada detalle de la faena; donde la mano de obra corrió por los vecinos.

La obra final

Finalmente llegó el 7 de diciembre de 1978, el día señalado para la inauguración y apertura de la bodega. La víspera se reunió el jefe de la brigada de la construcción, la representante de la Federación de Mujeres Cubanas en la zona y la dirección de comercio a cargo, para acordar el nombre que le pondrían.

La idea no se hizo esperar y por decisión unánime no había otro que El Teniente, grado militar de su delegado y por el cual era llamado cariñosamente en ese ambiente de camaradería, en que transcurrió la construcción de la obra.

Al acercarse la fecha, fue muy grato curiosear en el barrio y conocer a quién debe el honor, el nombre de aquella bodega en la barriada de la Vigía. Otro detalle más de una historia desde la comunidad.

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