En la Imprenta Patriótica de José Minueses, considerado el primer camagüeyano dedicado a la imprenta y al periodismo, fueron editados los periódicos El Instructor General (1821), El Lince Principeño (1821), El Patriota Principeño (1822) y El Zurriago Principeño (1823).
El investigador y periodista Juan Marrero apunta que en la llamada segunda época constitucional, a partir de 1820, la metrópoli le concede a la Isla, libertad de imprenta manifiesta en La Habana, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba. Aunque por poco tiempo, hubo una multiplicación de publicaciones con características disímiles.
El periódico El Zurriago Principeño (1823) fue el periódico de mayor alcance. Se fundó el 8 de enero de 1823. Debido a su estilo contrahegemónico contra el gobierno español, fue censurado y cerrado a finales del mismo año en el que se fundó.
El Zurriago Principeño: algunos detalles
En uno de sus artículos titulado “Libertad” se destaca la siguiente frase: “Más quiero peligrosa libertad que tranquila esclavitud”.
El investigador y periodista Eduardo Labrada destacó las consideraciones de Bachiller y Morales: “(…) He leído sus alcances en romances octosílabos en forma de diálogo, que están llenos de ira y violencia contra el partido que allí se apellida de los píos a quienes supone servirles en oposición al liberal en que se incluye (…)”.
De manera que, las visiones y posiciones contrapuestas tuvieron en la prensa una representatividad y campo de batalla ideológica.
Como confirmación de un posicionamiento independentista, Labrada destaca que el gobierno local hizo circular una comunicación en la que se acusaba a los redactores del periódico como seguidores activos de la organización de Soles y Rayos de Bolívar, aunque no fue probado.
Este periódico se repartió los miércoles y viernes de cada semana, y la suscripción se abrió por ocho reales. El Diccionario de la Literatura Cubana distingue que era un periódico bisemanal que comenzó a publicarse el 8 de enero de 1823.
Los muchos versos que, según Llaverías, vieron la luz en este periódico, estaban firmados con los seudónimos Vela, Pavilo con sebo, El pentapolin, El lancero de los llanos, La pala y Un anti-tirano, que él reproduce en su obra.
Sobre la desaparición de este periódico, se afirma lo siguiente: “En el acto de ser abolida la constitución a fines de 1823, fue suprimido El Zurriago Principeño, como sucedió a la mayoría de los periódicos que se publicaban en la Isla de Cuba y que nacieron al amparo de la libertad de imprenta”.
Consideraciones finales
Su extinción obedece al informe del censor general de las imprentas cada cuatro meses al Gobernador y al Capitán general. De manera detallada se debían explicar los principales incidentes ocurridos.
Lo anteriormente expuesto demuestra la efímera vida de El Zurriago Principeño, que como sucedió a la mayoría de los periódicos que se publicaban en la Isla de Cuba y que nacieron al amparo de la libertad de imprenta, fueron censurados.
Fuentes:
– Labrada, Eduardo (1987) La prensa camagüeyana del siglo XIX, Editorial Oriente.
– Marrero. Juan (2018) Dos siglos de periodismo en Cuba. Momentos, hechos y rostros. Editorial Pablo de la Torriente.