Hay quienes nacen con el don de contar la historia de una manera tan peculiar que pareciera que vivieron varios siglos y llegan a nuestros días para hacernos saber de nuestro pasado.
Elda Cento Gómez fue dueña de ese don, la premio Nacional de Historia escribía y hablaba del pasado de su Camagüey con una pasión tan fascinante; capaz de contagiar a todo el que estuviera a su lado del interés por la historia de su tierra.
Dedicó parte de su trayectoria profesional a estudiar la vida de grandes personalidades del territorio como Ignacio Agramonte, Joaquín de Agüero y Salvador Cisneros Betancourt, pero además prestó gran atención al estudio de temas referentes a la esclavitud y a la vida cotidiana de los habitantes de Puerto Príncipe en distintas etapas.
Durante muchos años estuvo vinculada a la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey, primero como jefa del departamento de Investigaciones y luego como asesora de temas históricos. Su legado marca a cada investigador de esta institución.
Elda vivió para contar la historia, no se apoderó de ella, siempre compartió cada descubrimiento, cada detalle que encontró luego de extensas investigaciones, para que los camagüeyanos de hoy tuviésemos una mejor comprensión de nuestro pasado y con ese conocimiento poder edificar, con mayor certeza, el futuro.