La calle del Comercio, hoy Maceo, fue concebida en sus inicios como Corredor de los Mercaderes. La Asociación de Comerciantes de Camagüey era la encargada del orden y el mantenimiento de todos los emporios que allí fueron surgiendo. Por tal motivo, las viviendas son minoría en esta arteria tan transitada.
En la mañana del sábado 15 de abril, la zona avivó el ritmo con la presencia de negocios privados y entidades estatales, quienes se unieron para brindar una mañana diferente y amena. Llenaron las dos cuadras del arte que nace en la ciudad y sale a las calles, para mostrar a los transeúntes su manera de hacer.
Hasta el mediodía estuvieron a disposición de los camagüeyanos diversas ofertas comerciales, gastronómicas y culturales, en el corredor del Circuito Cultural Creativo de Camagüey.
La propuesta
En la feria que desde ya promete ser un éxito para los camagüeyanos, participaron diversas instituciones enclavadas en el área y cerca de 20 actores económicos del territorio. Se activó por primera vez, ocupando toda la calle, el Circuito Cultural Creativo que tiene entre sus objetivos las capacitaciones para fortalecer los negocios del territorio en el que radican.
La presentación forma parte de los resultados de un proyecto de cooperación internacional llamado Industrias Creativas, un aporte a la gestión patrimonial y al desarrollo socioeconómico desde los principales espacios públicos, que gestiona la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey bajo el nombre de Arte Plaza.
De igual forma, el proyecto se encamina a la atención a grupos en situaciones de vulnerabilidad, mujeres con determinadas problemáticas y personas de la tercera edad, con énfasis en la generación de empleos mediante los emprendimientos.
En esta primera edición, la Feria Arte Plaza estuvo dedicada al Día Mundial del Emprendedor. Tendrá lugar cada mes en esta céntrica arteria comercial y cada una responderá a una efeméride diferente. Las próximas serán para homenajear el Día de las Madres y el Día de los Padres.
Atractivas ofertas
En un recorrido por los diferentes puestos de venta, varias propuestas me cautivaron. La primera fue la del Estudio Taller Daluz, que mostró sus platos decorativos, posavasos y botellas aplastadas por el tiempo, en los que renacen grandes obras de la arquitectura camagüeyana, en una suerte de vidrio y metal mezclados con magia, para dar vida a exquisitas formas de arte y luz.
Son esas las obras de dos hermanos camagüeyanos: David y Dasmián Sánchez Prieto, quienes unen su amor por la arquitectura y el gusto por el vidrio. Un niño pequeño parece seguir los pasos del padre y del tío en el mundo del soplado, pues ya ha logrado sus primeras creaciones y cortes en el cristal.
El otro punto muy concurrido en la feria fue el del proyecto de mujeres empoderadas, Manus Aureus, el cual ya cuenta con 12 años de fundado, aunque como proyecto comunitario quedó conformado en 2015.
Según relata Graciela Guerra, un hada tejedora que muestra sus bellos tapetes, “ellas practican la costura, el tejido, el bordado, el parche, la pintura, el papier maché, la bisutería, utilizando diferentes técnicas y materiales. Ahora estamos insertadas en el proyecto Arte Plaza, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, donde podemos visualizar más nuestras obras”.
Un cierre a ritmo de rumba
La actuación del Grupo Rumbatá en el parque del Gallo puso punto final a la feria, que también fue ambientada por el proyecto de estatuas vivientes del grupo Teatro de Luz, con hermosas imágenes creadas desde el reciclaje de materiales.
La falta de fluido eléctrico no pudo apagar la luz de tantas obras, que salieron a la otrora calle de los Mercaderes con ingeniosas y bellas propuestas, para regalarnos un sábado diferente.