Por: Daris Rondón Laurencio y Yaneli Acosta Galindo
El 26 de julio de 1953, se produjo el asalto a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, con el fin de derrocar al dictador Fulgencio Batista.
Un movimiento revolucionario de nuevo tipo rescataba la concepción Guiterista de la toma del poder mediante la lucha armada. Su líder, Fidel Castro, se convirtió en el guía indiscutible de este movimiento.
A pesar de que estas acciones militares fracasaron incentivaron el espíritu de lucha de nuestro pueblo cumpliéndose esta frase de nuestro comandante en jefe “…Hace falta echar a andar un motor pequeño que ayude a arrancar el motor grande…”
Nuestra provincia se conmocionó por los hechos del Moncada, el periódico “El Camagüeyano” se hizo eco de las falsedades publicadas por el régimen, incluso de las hipócritas palabras del tirano, llamando a la moderación y la concordia, cuando se estaba asesinando a los combatientes.
Posteriormente los jóvenes camagüeyanos, al conocer quienes dirigieron y participaron en la acción, se solidarizaron con ellos, a muchos de los cuales conocían de sus actividades en la juventud ortodoxa o el recién finalizado Congreso Martiano. Luego del Moncada se radicaliza el pensamiento revolucionario de la juventud.
Al triunfar la revolución en enero de 1959, la historia premiando nuestros incansables esfuerzos en pos de la autodeterminación y el decoro, nos daría la posibilidad a los camagüeyanos de contar con la presencia en nuestra tierra de uno de los hombres más geniales nacidos en el siglo XXP; nuestro líder indiscutible Fidel Castro Ruz.
Rememorando
Fueron innumerables ocasiones en la que nuestro líder visitó la provincia, es por eso que podemos enorgullecernos de su asistencia en los actos en conmemoración del 24 y 36 aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes el 26 de julio de 1977 y 1989 respectivamente; donde expresó:
……”Verdaderamente que un día como hoy, en que se recuerda a los compañeros que murieron, a todos los compañeros que cayeron en estos últimos años cumpliendo su deber, lo que realmente nos compensa a todos, y nos anima a todos, y nos consuela, es saber —como puede verse un día como hoy— que ninguno cayó en vano. Que los frutos de su sangre y sus sacrificios es este pueblo, esta Revolución, este espíritu patriótico, ¡profundo espíritu patriótico!, y este profundo espíritu internacionalista, estos sentimientos generosos y solidarios de nuestro pueblo….”
…”¡Este es el mismo país y es el mismo pueblo de Céspedes y de Martí este es el mismo país y el mismo pueblo de Agramonte y de Máximo Gómez , este es el mismo país y el mismo pueblo del Titán de Bronce Antonio Maceo este es el mismo país y el mismo pueblo de Yara y de Baire, este es el mismo país y el mismo pueblo de la Protesta de Baraguá ,este es el mismo país y el mismo pueblo del Moncada, de Girón y del internacionalismo, solo que con una conciencia revolucionaria tan alta como nunca la tuvo jamás y este pueblo y este país sabrán ser consecuentes con su gloriosa historia!”….”
Mientras que al referirse nuestro comandante a la importancia que tiene la historia para nuestra provincia dijo:
…..”Hacer edificios nuevos no significa que vayamos a olvidarnos de los viejos. Sobre todo en Camagüey esto tiene una importancia particular, porque ustedes poseen miles de edificaciones en el viejo Camagüey; edificaciones que tienen un valor histórico y cultural muy grande. Esas construcciones hay que preservarlas y hay que mantenerlas, para que en el futuro la comunidad y los visitantes de Camagüey puedan apreciar y disfrutar los dos estilos arquitectónicos: el antiguo y el moderno.
Su espíritu de revolución vive en Camagüey
De modo que podemos decir que hoy Camagüey simboliza el espíritu revolucionario de trabajo y de lucha que reina en todo el país, lo que constituye un homenaje digno a los que han caído, no con palabras, sino con hechos.
Particularmente en estos años que no contamos con la presencia de nuestro líder histórico Fidel Castro Ruz. Él ya no estará para hablarnos del futuro, pero en su obra escrita y ejemplo están muchas pistas para pensar y hacer lo mejor en cada momento, como nos inculcó.
A pesar de ya no tenerlo con nosotros en el plano terrenal puedo asegurar que a partir de hoy con más fuerza que nunca cuando se diga Cuba es lo mismo que decir Fidel, porque eso es él: Cuba.