Francisco de Agüero habría nacido en sociedad dividida, en el año 1795, con el delito endilgado de ser mestizo criollo; para más, ser hijo fuera del matrimonio de su madre la criolla Josefa de Velasco y Agüero con su primo, el Regidor del Ayuntamiento Pablo Antonio de Betancourt y Agüero, aunque su verdadero esposo resultó Manuel Víctor de Agramonte y Arteaga.
Pronto Frasquito comenzaría a pensar de modo diferente a las mentalidades coloniales, cuando en 1812, en la capital de la Isla, fuera sorprendido por el Teniente de Milicias don Tomás Ramón de Socarrás mientras redactaba «proclamas independentistas», que hacían críticas muy fuertes contra el Gobierno.[1]
El hecho pareciera irrelevante no de no haberse presentado cuando en la Plaza Mayor de Puerto Príncipe, el 29 de enero, eran ahorcados ocho negros acusados de intentar un levantamiento armado para secundar al culto habanero José Antonio Aponte Ulabarra, impulsor de la lucha contra la esclavitud y la supresión de la trata negrera.
El mismo año en que, el 8 de septiembre, sería implantado el sistema constitucional tenido como garante de libertades democráticas. Por cierto, cuando en la plaza pública del solar natal de Frasquito, el rey Fernando VII permitiría levantar al cabildo regional una «Pirámide Constitucional», tras verse obligado a la jura de la Constitución de Cádiz; a pesar de que no pasaría mucho tiempo en ser derribada dicha pirámide ante la vuelta al trono del monarca absolutista.
Frasquito y Bolívar
Ni ingenuo ni tonto, Frasquito en La Habana tuvo noticias de la conspiración secreta que respondía al nombre de Soles y Rayos de Bolívar, entidad a la que quedaría ligada la principeña Liga la Cadena o indistintamente Cadena Triangular de Puerto Príncipe o Cadena Eléctrica, y en la que se integrarían parientes de Frasquito, que se descubren del estudio de varios de los apellidos de sus miembros. La finalidad de lucha de Frasquito consistía en lograr la libertad de los cubanos, empero habría que buscar auxilio en los patriotas bolivarianos que luchaban contra España en la Gran Colombia, sobre todo, recabar de Bolívar auxilio militar.
Mucho había hecho por armar una expedición colombo-venezolana que salida de Jamaica bajo bandera de Soles y Rayos desembarcaría en Cuba para emprender la insurrección. En esos esfuerzos, sería capturado en su natal Puerto Príncipe.
El examen de «impresos subversivos», «dos pistolas», «papeles comprometedores de fundar la sociedad secreta la Globa, Orden Chimborojana y Círculo de la Esfera», y de actuación de los acusados, —con insuficientes garantías procesales—, se realizaría el juicio en la Audiencia, custodiada por Milicia de Cívicos, y en la que recibirían condena a muerte Frasquito y su compañero traidor al movimiento Andrés M. Sánchez Pérez[2].
El alcalde constitucional Lic. Ignacio Agramonte y Recio supo de los planes de «una revolución en contra del Gobierno español», por lo que no declinaría su condena. En cambio, su hermano José María Agramonte y Recio[3] se esforzaría en salvarle de ser ahorcado. El Lic. Domingo Sterling y Heredia descargaría a Frasquito toda la culpabilidad, que él soportaría firme y digno.
Otro horror. En la Plaza Mayor, rodeada de edificios simbólicos y estructurantes de la ciudad, para más ultraje, ante la Iglesia Mayor, colgó en horca improvisada a este precursor del independentismo cubano y continental, el 16 de marzo de 1826 (1, foto). Lo que no sabrían sus asesinos era que Cuba alcanzaría su libertad plena «arrancándosela a España por la fuerza de las armas», como proclamaría en el Paradero de Las Minas, en 1869, el pariente de Agüero Velazco, El Mayor Ignacio Agramonte.
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[1] Sed Nieves, Gustavo: Frasquito Agüero. Independentista y bolivariano. En: Castro José Ignacio y Gustavo Sed Nieves: Biografías. Concurso 26 de Julio, Minfar, Editorial Arte y Literatura, La Habana, 1977, pp. 77-80
[2] Andrés Manuel Sánchez trató de engañar a las autoridades judiciales presentándose con el falso nombre de Antonio Durandarte. Con su «declaración voluntaria» hizo recaer toda la responsabilidad de los proyectos revolucionarios independentistas a Frasquito, no obstante defenderle su medio hermana Ángela Agramonte y Velazco y Luisa Agüero y Arteaga —esposa de Francisco Zequeira y Agramonte, sobrino de Frasquito—, propietario del Ingenio San José de Las Cuabas adonde se había ido a refugiar Frasquito para no ser capturado.
[3] Con el tiempo sería el abuelo paterno del Lic. Ignacio F. Agramonte y Loynaz.