Gayol, más allá de ídolo del estudiantado de Camagüey

Foto: Cortesía del autor
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Por: Enrique Atiénzar Rivero

Desde la adolescencia, Jesús Suárez Gayol, procedente de su natal Manatí, vino a vivir a Camagüey, en la que sembró una fructífera vida y se ganó el cariño y respeto de los condiscípulos del Instituto de Segunda Enseñanza, donde el 24 de mayo de 1954 lo eligieron como su líder estudiantil.

Por coincidencia, su nacimiento ocurrió el domingo 24 de mayo de 1936 y los estudios primarios los realizó en Camagüey en la antigua Escuelas Pías. En él se veía que se forjaba una personalidad  de absoluta defensa contra los desmanes.

Jorge Enrique Mendoza Reboredo, en el periódico Granma, que dirigió durante años, escribió un testimonio que puso de relieve a este hombre, que finalmente entregó su vida como combatiente internacionalista en Bolivia en la columna guerrillera del Che.

“En 1955, sin discusión fue  el líder estudiantil de mayor relieve en la provincia de Camagüey. Su integridad, decisión y valor personal lo habían convertido, a los pocos meses del golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, en un combatiente estudiantil contra la dictadura, capaz de arrastrar tras sí al alumnado, no solo del Instituto de Segunda Enseñanza, donde cursaba sus estudios, sino de los demás centros de la capital y del resto de la provincia”.

Muchos jóvenes conocieron a Gayol, entre ellos, Alfredo Aguilar Fexas “Fellín”, quien aunque no fue condiscípulo de Gayol en el Instituto de Segunda Enseñanza (estudió en la antigua escuela profesional de comercio), sí conoció al líder como las palmas de sus manos y el arrojo de valor que demostraba en cada una sus acciones fuera y dentro del plantel.

Trajo al recuerdo como aquel 28 de enero de 1956 en que los estudiantes se dispusieron a conmemorar el natalicio de José Martí en la otrora plaza de San Francisco (hoy de la Juventud) y del enfrentamiento con la policía.

Encaramado en el hombro de Noel Sánchez Ávila, otro joven incorporado a la lucha, arengó a proseguir la lucha ante la mirada atónita de los esbirros que, luego, se ensañaron  con los manifestantes.

Golpearon a Gayol y provocaron heridas en la frente a Álvaro Morell Álvarez, otro de los intrépidos jóvenes de esa generación.

Gayol era de ese tipo de personas que adoptaban posiciones inesperadas. Elpidio Lezcano Agreda, entrañable amigo  suyo, ya fallecido, lo trajo al presente en una declaración  a la prensa.

La valentía de Gayol era uno de sus atributos. Iba con varios compañeros por la calle Hermanos Agüero, entre Independencia y Cisneros, cuando brota la voz enérgica de él, en plena entrada del local: ¡Asaltemos la oficina del PAU! (Partido de Acción Unitaria), creada por Batista. Cuatro meses después, en abril, por este hecho vendría la causa 708 de 1956.

Algunos de sus viejos amigos lo calificaron de temerario, hecho corroborado al encabezar el 13 de febrero de 1955, la manifestación para conmemorar el aniversario de la muerte de Rubén Batista, en peregrinación hasta el cementerio de Camagüey, hacia donde llevaban una ofrenda floral a Mario Aróstegui, obrero ferroviario y primer mártir del 26 de Julio en la provincia. La Policía disolvió el grupo.

Aurora Gayol, martiana y madre del revolucionario, fue una pieza especial en apoyar sus luchas, incluso, en La Habana, logró arrebatárselo a los esbirros, embarcándolo hacia Estados Unidos para salvarle la vida.

Después de triunfar la Revolución ocupó diferentes responsabilidades, de ayudante del que fue presidente de la República Manuel Urrutia Lleó y, por designación del Che, asumió la dirección de la Empresa de la Harina y del Instituto de Recursos Minerales. Antes de partir hacia Bolivia era viceministro del Azúcar.

Vale recordar  que el 2 de febrero de 1959 en una entrevista publicada en Adelante, dijo que estar de nuevo en Camagüey fue una de sus mayores ambiciones, porque aquí tuvo sus primeras ideas revolucionarias e inició sus luchas.

El 25 de Julio de 1966 fue la última vez que el pueblo camagüeyano vio a aquel joven revolucionario y pudo escucharlo en la Plaza de los Trabajadores en el acto por los 13 años del Asalto al Cuartel Moncada, invitado por la dirección política de la provincia.

De Gayol una estampa de Noel Sánchez, quien lo retrató: “Fue un líder para mí y todos los que los conocimos, siempre estuvo en la primera línea de la lucha, en el lugar difícil, fue audaz, decidido, un joven de su tiempo, alegre y con el privilegio de ganarse a los que conocía.

Mucho más pudiera hablarse de Gayol, del gesto de verdadero valor, cuando el 27 de noviembre de 1955,  en la Asociación de Estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza de Camagüey, se develó un cuadro de Abel Santamaría,  traído por Armando Hart y allí también estaba Gayol que como se nota en este artículo su actitud fue más allá de ser el ídolo del estudiantado camagüeyano como lo recuerda hoy con sus 88 años de edad, desde la capital, Antonio Massia, otro valeroso hombre de aquella pléyade de revolucionarios.

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