Hoy se cumplen 73 años de la muerte de Gilda Hortensia Bernarda Zaldívar Freyre, quien creció en el seno de una familia culta y acomodada. Desde temprana edad se apreciaba en ella el gusto por la música y la danza. Aún sin haber tenido contacto directo con el ballet, bailaba sola con arte inigualable.
Su hermana Olivín, viuda de Julio Antonio Mella, fue designada embajadora itinerante en Europa. Gilda acompaña a su hermana por ser muy cercanas. Esto le permite a Gilda conocer el viejo continente, aprender idiomas y estudiar ballet con la famosa artista Lore Krohn; condiscípula de Anna Paulova.
Se afirma que fue la primera cubana en mostrar esa expresión de la danza en espacios y escenarios europeos, al danzar ante los reyes de Noruega, con gracia y mucha aceptación.
Regresa a la Habana en 1935, donde comienza una nueva etapa en su vida como bailarina. A su regreso a Camagüey en el año 1936, en su casa de la Vigía, funda la primera academia de ballet cubana autóctona, y es la primera y única institución de ese tipo en la ciudad y la primera de su tipo en debutar en el Teatro Principal.
Desde muy pequeña Gilda presentó problemas de salud. Se le detecta un carcinoma de seno con metástasis en los pulmones. Su salud se hacía cada día más precaria. Pero se mantiene activa, dirigiendo las clases de ballet.
Su estado de salud empeoró notablemente en los últimos días de abril de 1951. Muere a los 33 años, el 2 de mayo de ese año, y su cadáver fue sepultado en la bóveda S/N, fosa 2 del tercer tramo, cuadrante noroeste, en el Cementerio General de Camagüey.
Hoy, recordamos a Gilda Zaldívar Freyre como la iniciadora del ballet y fundadora de la enseñanza de esta disciplina en Camagüey. Fue ella quien sembró la semilla de la cultura del ballet y marcó el inicio de esa tradición en Camagüey; semilla que germinó y se multiplicó, al ser la compañía de Ballet de Camagüey orgullo de camagüeyanos y cubanos todos.