Contrario a lo que erróneamente algunos dan por cierto el secretario de José Martí, Gonzalo de Quesada y Aróstegui, nació en la calle Luz no. 48 en el corazón de La Habana colonial, el 15 de diciembre del año 1868. No obstante sus padres Gregorio de Quesada y Varona e Isabel Aróstegui y Quesada sí habían nacido en Puerto Príncipe, actual ciudad de Camagüey. Matrimonio del que nacerían otros tres hijos: Gregorio*, Emilia* y Caridad; y familia que pasaría a la emigración patriótica en Nueva York; por causas del estallido de la Guerra de los Diez Años en Cuba.
Gonzalo formó entre los alumnos del College of the City of New York, hasta graduarse como Bachiller en Ciencias, en 1888. Precisamente, el 10 de octubre del siguiente año (1889) ocurriría el primer encuentro con José Martí, al ocupar esa noche la tribuna del edificio del Hardman Hall* para hacer la presentación del cubano a quien llamó públicamente Apóstol por primera vez. Ya no se separaría más de su lado pasando a ser su asistente de confianza, aunque sin interrumpir sus estudios pues ese año matriculó en New York University en la carrera de leyes, donde se tituló de abogado en 1891. Y seguiría estudios de ingeniería minera en Columbia University.
Fue en 1890 que Quesada sería designado por Martí secretario de la delegación de la República de Argentina al Congreso Panamericano, en Washington. Tras ese cónclave, sería designado en 1891 cónsul de la República Argentina en Filadelfia pero siguiendo indicaciones de Martí, abandonó el cargo para asumir tareas de propaganda revolucionaria y para avivar la unidad de la emigración cubana; con el objetivo de favorecer la creación del Partido Revolucionario Cubano.
A la anterior responsabilidad, al fundarse el Partido, el 5 de enero de 1892, Quesada fue designado secretario por Martí, quien lo había escogido para que lo secundase en la magna obra política que prendería la llama de la Revolución liberadora en Cuba. Responsabilidad que sabría cumplir con lealtad probada al Maestro, tarea que compartió junto a los patriotas Benjamín Guerra, Juan Fraga, el coronel camagüeyano Fernando Figueredo Socarrás, José Dolores Poyo, y al puñado de leales al pensamiento y a la obra de Martí, aún después de su caída en combate, el 19 de mayo de 1895.
Mientras dedicaba esfuerzos y desvelos en apoyo material y político a la causa de la independencia de Cuba, Quesada sobresalió como escritor haciendo pública su obra primigenia Mi primera ofrenda, a la que siguieron Patriotismo e Ignacio Mora. de
El segundo texto cargado de relatos de la guerra decenaria condenatorios de los desmanes y violaciones de los derechos humanos de la población civil sometida al crimen y al terror de las fuerzas militares españolas.
Entre otros textos elogiados y favorecidos por la crítica literaria de Alemania, Francia, Suiza y otras naciones del Viejo Continente y de Norteamérica, Gonzalo de Quesada dejó a Cuba una extensa literatura épica que merece leerse por todos los cubanos de hoy.
Figurando entre otras, Nuestra Juventud, Fernando Figueredo Socarrás, Ignacio Agramonte Simoni, Los chinos y la revolución cubana, Ana Betancourt, Un negro en el Congreso de los Estados Unidos, Serafín Sánchez, Juntos, José Martí, El general Máximo Gómez, El general Antonio Maceo, Pro Patria. Episodio de guerra, Introducción al Volumen I de los Obras de Martí…*
El Ministro Plenipotenciario y Enviado Extraordinario de la República de Cuba en Alemania falleció en Berlín, el 9 de enero de 1915. Cuba perdía al hombre predilecto de José Martí y a un intelectual pleno de sabiduría y cultura.
En el Camagüey entrañable de sus padres el Parque Casino Campestre lleva su nombre como también una calle de la ciudad legendaria.
No debe ser olvidada la obra de este intelectual martiano; y aun su equívoco ingenuo frente a los Estados Unidos en sus deseos de apoderarse de la Isla de Pinos, en 1904.