En el antiguo Ingenio Oriente en las cercanías de Sibanicú, Ignacio Agramonte se incorpora a las fuerzas independistas camagüeyanas; y así inicia el recorrido que lo llevó a convertirse en uno de los líderes indiscutibles de la Guerra Grande. Dicho ingenio fue destruido por los insurrectos poco tiempo después.
La incorporación de El Mayor es el resultado de su actividad conspirativa, junto con otros hombres, entre los que destacan Salvador Cisneros Betancourt y Eduardo Agramonte; dado que se suma a la Junta Revolucionaria del Camagüey y su nombre aparece en la relación de miembros de la Logia Tínima.
Un matrimonio en medio de las conspiraciones
Para esas fechas, la relación de Agramonte con Amalia Simoni estaba casi consolidada. La boda se había fijado para el 1ro de agosto, y por esa razón no debe haber tenido participación en la reunión de San Miguel del Rompe.
Sin embargo, pocos días después de la hermosa unión se vio implicado con su primo Eduardo -por decisión de la Junta Revolucionaria del Camagüey- en el recibimiento de Francisco Javier Cisneros Correa, quien a nombre de la Junta Revolucionaria de La Habana y en representación de José Morales Lemus, visitó la ciudad para conocer el estado de los trabajos revolucionarios.
El criterio asumido por los camagüeyanos tanto en la reunión de San Miguel del Rompe como en la de la finca Muñoz, fue el de no precipitar los acontecimientos; por eso el alzamiento del Diez de Octubre de 1868 encabezado por Carlos Manuel de Céspedes los sorprendió, algo que no olvidaron los principeños.
Alzamiento de Las Clavellinas
No obstante, a participar en las labores conspirativas que condujeron al alzamiento en Las Clavellinas el 4 de noviembre de 1868 no figuró personalmente. Una de las razones para que esto no sucediese fue el hecho de que se había decidido que permaneciera en la ciudad organizando el aseguramiento logístico de los alzados.
Además, la reconocida historiadora camagüeyana Elda Cento consideró en sus investigaciones que tal designación se basaba en la intención de sus compañeros para que permaneciera junto con Amalia por un poco más de tiempo.
Una incorporación necesaria
La incorporación de Agramonte era necesaria, pues en las filas principeñas buscaban protagonismo figuras que realmente no estaban comprometidas con el proceso iniciado, como se explica en el artículo Aproximaciones al 10 de octubre de 1868 desde El Camagüey.
Según la propia Elda Cento, en los días posteriores quedó invisibilizada su labor, hasta la Reunión del Paradero de Las Minas.
Resumiendo…
La incorporación de Ignacio Agramonte a la Guerra de Los Diez Años (1868 -1878) marcó el camino independentista, por lo que su prematura muerte constituyó un verdadero golpe a la Revolución del ´68.
Bibliografía
– Adán Castaños, Yeni Yeisi. “Aproximaciones al 10 de octubre de 1868 desde El Camagüey”, publicado en http://www.ohcamaguey.cu/aproximaciones-al-10-de-octubre-de 1868 -desde- el camagüey/
– Cento Gómez, Elda. “Ignacio Agramonte. El camino hasta la reunión del Paradero de Minas”, en Cuaderno de Historia principeña 11. Patrimonio Legado al siglo XXI.