Poesía y pasión estuvieron presentes en nuestras guerras por la independencia. En estas gestas existió una gran representatividad de la intelectualidad cubana, dentro de ella se inscribe el escritor y poeta Ignacio Mora.

Este camagüeyano nació el 26 de enero de 1829 y estudió en los Escolapios de la ciudad, completando su educación en el extranjero.

Su impronta revolucionaria

Participó en las conspiraciones de mediados de siglo y fue una de las figuras decisivas en el movimiento que condujo a la Guerra del 68. Por aquella época colaboró en el periódico “El Camagüey” y en 1867 fue de los fundadores de “El Oriente”.

También formó parte de los 76 camagüeyanos que se alzaron en el paso del río Las Clavellinas y fue el encargado de redactar el manifiesto que expresaba las razones que tenían para tomar las armas.

Según la historiografía, tras participar de manera destacada en la acción de Bonilla, se le designó para que junto con Ignacio Agramonte se entrevistase con Carlos Manuel de Céspedes y unificar las fuerzas revolucionarias.

Para mayo de 1869 fundó el periódico “El Mambí”, desde cuyas páginas increpara al Conde de Balmaseda, al producirse el asesinato por parte de la tropa española de sus hermanas Juana y Mercedes. Mora desempeño algún tiempo la secretaría del Exterior de la República en Armas.

Sus últimas horas

Seis años después, para el 5 de octubre de 1875, se encontraba en un rancho en Najasa convaleciendo de úlceras en las piernas, cuando el enemigo lo sorprendió e hizo prisionero.

Su estirpe de valiente lo hizo rechazar el ofrecimiento de los españoles de perdonarle la vida si aceptaba darse como “presentado”, por lo que fue fusilado en el Chorrillo, un día como hoy del año 1875.

Muchos aseguran que, al morir, sus últimas evocaciones fueron para su esposa, la insigne patriota Ana Betancourt, pues sus almas siempre lucharon por una misma causa: la de la libertad de Cuba.