La primera sangre derramada en suelo boliviano, de la columna del Che,fue la cubana, el 10 de abril de 1967.
Jesús Suárez Gayol, hombre de entereza completa quien no solo dio su vida a la causa cubana sino que también la compartió con el mundo; tenía 31 años, cuando se convirtió en internacionalista, cumpliendo con el deber de luchar por liberar a los pueblos de América.
De sus orígenes
Gayol nació un 24 de mayo de 1936 en Manatí, provincia Las Tunas, hijo de emigrantes austriacos. Fue dirigente estudiantil en la lucha contra la dictadura de Batista, encabezó huelgas, mítines y pronunció discursos contra la tiranía.
Las denuncias que valientemente realizara fueron un arma usada por el joven, en la que culpaba a las autoridades del gobierno y a las policiales por las torturas y represión a la que estaban sometido el pueblo. Sufrió varias veces que lo apalearan en los calabozos batistianos, de los cuales salía con más deseos de combatir contra la terrible dictadura.
Su labor
En 1955 funda el Movimiento 26 de Julio (M-26-7) en Camagüey. El Asalto al Cuartel Moncada lo había marcado grandemente, por lo que ve en la figura de Fidel Castro y en la lucha armada el camino para conseguir la independencia verdadera.
Matricula Arquitectura en la Universidad de La Habana, y desde la histórica colina prosigue su lucha contra el tirano. Recibe allí su bautismo de fuego: un balazo en una manifestación.
En marzo de 1957 se convierte en combatiente clandestino en la capital cubana donde cae prisionero. Después de múltiples gestiones, Aurora Gayol, la madre del joven, consigue arrebatárselo a los esbirros de Batista y lo embarca para los Estados Unidos con el objetivo de salvarle la vida; pues en Cuba todo lo que oliese a revolución en aquellos años era reprimido con torturas y hasta con la muerte.
Su intenso accionar
Por orden del (M-26-7) organiza acciones de combate en la provincia de Pinar del Río, incendia una emisora de radio; en el hecho sufre quemaduras en los pies. Los sicarios lo persiguieron sin descanso para darle muerte por tales acciones.
Debido a la represión y al clandestinaje usa varios seudónimos: Furia, Dionisio, Félix, Armando, hasta que lo trasladan a Las Villas, al mando del Che, quien poco después lo asciende al cargo de capitán.
Con la luz de la Revolución
Con el triunfo de la Revolución cubana, Suárez Gayol enfrenta otras tareas. Dirige varias empresas azucareras entre las que se destaca el Central Azucarero Braulio Coroneaux.
Cuando es convocado por el Che para viajar a Bolivia, ocupaba el cargo de viceministro de Azúcar; fue inmensa la alegría de aquel soldado eterno de la Revolución cuando recibió el mensaje de Ernesto Guevara.
Se recuerda incluso su entrega y sacrificio para cumplir los rigores del entrenamiento, sus dotes organizativas, su alto sentido del deber y sus potencialidades como futuro cuadro militar.
Se incorpora al destacamento guerrillero donde cumplió con cada orden, durante casi cuatro meses de actividades guerrilleras.
Cuando llega…
La muerte de este hombre quedó marcada para siempre en la memoria de todos los que en algún momento hemos tenido el placer de leer en el “El Diario del Che en Bolivia”, donde se cuenta como acontecieron los hechos de tan penosa muerte…
“A media mañana llegó muy agitado el negro a avisar que venían 15 soldados río abajo. Inti había ido a avisar a Rolando en la emboscada. No quedaba otra cosa que esperar y eso se hizo. Mandé a Tuma para que estuviera listo a informarme. Pronto llegaron las primeras noticias, con un saldo desagradable: El Rubio, Jesús Suárez Gayol, estaba herido de muerte. Y muerto llegó a nuestro campamento. Un balazo en la cabeza.
La cosa sucedió así: la emboscada estaba compuesta por 8 hombres de la retaguardia – refuerzo de 3 de la vanguardia, distribuidos a ambos lados del río. Al informar de la llegada de los 15 soldados, Inti pasó por donde estaba el Rubio y observó que estaba en muy mal posición, pues era claramente visible desde el río. Los soldados avanzaban sin mayores precauciones pero explorando las márgenes en busca de sendas y por una de estas se internaron chocando con Braulio o Pedro antes de penetrar en la emboscada. El fuego duró unos segundos, quedando sobre el terreno 1 muerto y 3 heridos, más 6 prisioneros; al rato cayó también un suboficial y se escaparon 4. Junto a un herido encontraron al Rubio ya agonizante; su granada estaba trabada, con la espoleta suelta, pero sin estallar, estaba a su lado….
En la mañana del 11 de abril iniciamos el traslado de todos los enseres y enterramos al Rubio en una pequeña fosa a flor de tierra, dada la falta de materiales…
El 12 de abril a las 6:30am reuní a todos los combatientes menos los 4 de la resaca para hacer una pequeña recordación del Rubio y significar que la primera sangre derramada fue la cubana…”