Por: Verónica Fernández Díaz
Hace 113 años nació en Camagüey el multifacético Jorge González Allué, destacado sobre todo como pianista y compositor, aunque también fue director de orquestas.
A los diez años comenzó a estudiar con su prima María Josefa González y luego continuó en el Conservatorio de María Larín Carmenates, a quien, al parecer, dedicó su primera obra: un vals publicado en 1931 por la revista Carteles.
En ese mismo año realizó su primer recital público, en el que estrenó obras basadas en los Motivos de son de Nicolás Guillén, las cuales fueron interpretadas por el cantante Carlín Galán Sariol. Estas fueron Mulata y Negro bembón en 1931, y Mi chiquita y Hay que tené boluntá en 1933.
Mulata ha sido versionada por otros compositores como Alejandro García Caturla y Amadeo Roldán. Curiosamente, estas versiones tienen interesantes semejanzas con la de González Allué, pese a ser compositores de estilos y estéticas musicales muy diferentes. La semejanza más extraordinaria estriba en las coincidencias rítmico – melódicas con que estos compositores construyen su estribillo:
¿Conoció Roldán o Caturla la versión musicalizada de Mulata realizada por Allué? No podemos asegurarlo. Si bien son abrumadoras las semejanzas rítmicas, melódicas y estructurales entre sus obras, estas podrían responder a una cuestión métrico acentual del verso, que precisa de un estudio más meticuloso e interdisciplinar.
Revisando la información en la portada de la partitura de González Allué leemos que su musicalización de Mulata se estrenó el 27 de noviembre de 1931, tan solo transcurrido un año después de ser publicado el poemario en Ideales de una raza, del Diario de la Marina. Es paradójico que el primer concierto público realizado por Allué en el Teatro Principal de Camagüey fuera precisamente con el estreno de sus versiones musicalizadas de las conocidas Mulata y Negro bembón, interpretadas por su amigo Carlín Galán Sariol.
Luego, Mulata se volvió a escuchar en el Teatro Cuba de la capital santiaguera el 12 de febrero de 1932, sin que quedaran grabaciones radiales o televisivas conocidas. Tampoco se tienen noticias de que esta pieza fuera interpretada en escenarios habaneros antes de 1932, fecha en que Amadeo Roldán compone la música de Mulata, a la que siguió en 1933 la versión de Caturla. De manera que resulta interesante el hecho de que la Mulata de Allué antecediera a las conocidas versiones de los otros compositores.
El porqué de esta observación radica en la estructura de las tres versiones musicalizadas, no así en el lenguaje sonoro empleado para su composición. Allué musicaliza el poema de Guillén sobre motivos rítmico – melódicos recurrentes, cortos y bien definidos, en los que predomina el cinquillo cubano en alternancia con la síncopa. Roldán y Caturla emplean también la síncopa y el contratiempo, pero en alternancia con compases de uno, dos y tres tiempos, acercando al oyente tanto al lenguaje de vanguardia, como a la rica polirritmia africana.
Estos elementos rítmicos se conjugan con una amplia gama tonal por la que transitan las tres versiones a través de contactos, modulaciones breves e interdominantes, enriquecidas en Roldán y Caturla con elementos modales.
Entre 1923 y 1934, González Allué realizó algunas giras por países de América como Lima (Perú) y se presentó en escenarios habaneros de importancia para la música de concierto como el Auditórium de la Sociedad Pro-Arte Musical. Formó parte de la Orquesta de Don Vidal e interactuó con Ernesto Lecuona, Bola de Nieve, Rita Montaner y Esther Borja.
En 1935 fundó en Camagüey la orquesta Yemayá, que debutó en el Teatro Principal el 5 de octubre de ese año acompañando a la bailarina Gilda Zaldívar. Fue esta la orquesta que acompañó a Luis Raga en la primera audición pública de Amorosa guajira en la emisora local CMJK «La voz del camagüeyano», efectuada en 1937. Para 1946 asumió el nombre de orquesta Jorge González Allué, la cual se desintegró antes de 1959.
Hacia 1949, González Allué matriculó en la Escuela de Verano de la Universidad de La Habana. Dos años después, al crearse la Universidad Enrique José Varona, fue nombrado profesor de la Cátedra de Ciencias Musicales, Facultad de Filosofía y Letras, y al oficializarse la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte pasó a ser profesor titular de su escuela de música hasta el curso 1956-1957.
En su repertorio se encuentra una amplia variedad de géneros musicales, tanto del ámbito cubano como latinoamericano y universal. Un repertorio concebido para formatos diversos con énfasis en el piano, instrumento que no abandonó.