Jorge Juárez Cano: la voz de la historia en la preservación del patrimonio cultural camagüeyano

Foto: Twitter @RP_OndaAlegria
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Uno de los aportes de los historiadores es convertirnos en los profesionales de la memoria, en el sustento de los pueblos, en los poetas y novelistas de cada época histórica y en el cronista imprescindible del presente, de allí la función social de la historia en la preservación del patrimonio cultural, la cual se fundamenta en buena medida en la interrelación de los tiempos del hombre.

La salvaguarda del patrimonio cubano debe mucho a la labor de los historiadores que en las grandes ciudades o pueblitos pequeños dedicaron su vida desde las primeras décadas del siglo XX a preservar los valores históricos culturales de cada localidad.

El esfuerzo del Dr. Emilio Roig de Leuchsenring, fundador en 1936 de la Oficina del Historiador de la ciudad de La Habana; aunó  voluntades en pos de la conservación y restauración patrimonial, esta se extiende por algunas ciudades cubanas, entre ellas Camagüey que tuvo en el quehacer de Jorge Juárez Cano una voz imprescindible de estos denuedos.

Juárez Cano fue un estudioso autodidacta, que en 1929 publica la obra Apuntes de Camagüey, texto que sobre una base cronológica convida a un conocimiento abarcador de la región y sus habitantes. Coleccionó informaciones de la ciudad y sus pobladores, y sin poseer las herramientas y métodos actuales de la ciencia histórica supo salvar del anonimato en notas y manuscritos desde los detalles más sui generis hasta los datos más contundentes para articular la historia desde un amplio espectro hacia nuevos puntos de vista respecto a historias de vidas, de familias, costumbres, los procesos de modernización citadina y la vida urbana, entre otros temas que complementan lo social y lo individual. El fondo que lleva su nombre en el Archivo Histórico Provincial, con contenidos agrupados en 138 carpetas, es sin lugar a dudas uno de los empleados.

Recorriendo su obra

Laureado entre 1932 y 1935 en los concursos Rodolfo Ramírez de Armas, dedicados a biografía y auspiciado por la Academia de Historia, se convierte por méritos en la investigación y divulgación de la historia en académico correspondiente de esa prestigiosa institución en 1939, reconocimiento que ostentó hasta el 16 de febrero de 1940 cuando fallece

Su responsabilidad con la cultura e historia del Camagüey le valieron en 1937 el nombramiento oficial por el Ayuntamiento como primer historiador que tuvo la ciudad y presidente de la Comisión de Cultura, desde esta condición se convierte en artífice de la salvaguarda patrimonial, sus juicios certeros, enérgicos y sugerentes defienden los proyectos relacionados con los valores histórico, arquitectónico, urbanos y sociales de su “patria chica”, las acciones de preservación que propone están dirigidas a recuperar valores  coloniales de las edificaciones y su entorno, pero a la vez modernizar los espacios públicos, actitud que se visibiliza por ejemplo en el empeño de pavimentar la Plaza de San Juan de Dios.

Su mirada a las experiencias habaneras, y de otras regiones del país o allende a Cuba le permite acentuar su postura desde la cual sugiere al Ayuntamiento Municipal la declaración de algunos sitios urbanos como monumentos nacionales, entre ellos los espacios emblemáticos de la ciudad: las Plaza San Juan de Dios y del Carmen, actualmente las dos áreas más importantes donde se realzan las expresiones decimonónicas y las mejores conservadas de la localidad. Sin embargo, no ve concluido su empeño, pero gracias a su iniciativa en 1941 el Ayuntamiento camagüeyano declara a la Plaza San Juan de Dios y su entorno como Monumento Municipal dando inicio a un proceso para inscribirla, junto a la Casa Natal de El Mayor, entre los monumentos nacionales.

Hoy, los trabajadores de la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey, herederos de su legado estamos convencidos del reto social que tenemos y como expresara el inolvidable historiador Eusebio Leal Spengler «La oficina de historiador, es seudónimo de la sociedad y de la nación en que nacimos creado para defender en nombre de todos los patrimonios naturales, y espiritual del pueblo cubano»

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