José Marín Varona, un músico en el olvido

Foto: José A. Cortiñas Friman
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En el género romántico y entre los compositores hispanoamericanos, Marín Varona ocupa por derecho propio puesto de Honor.

Eduardo Sánchez de Fuentes

Hasta hace algunos años la figura de José Marín Varona era casi desconocida en la historiografía camagüeyana y lo que es más triste aún, en la historiografía musical de nuestro país. Incluso ha sido relegado a un segundo plano por otros artistas de destacada trayectoria, de tierras foráneas, a la hora de nombrar determinados sitios de enseñanza musical dentro de la provincia. Un ejemplo de ello es el conservatorio José White.

Quizás enmendar este error haya sido uno de los principales motivos que tuvo nuestra institución para darle el nombre de este destacado músico a la Sala de Conciertos, en 2017. Además de ello, la edición trece de la revista Senderos, publicó un artículo de la profesora Lourdes María Cepero Estrada, en el que se recuerda a Marín Varona y denuncia la falta de reconocimiento a su obra.

Lo cierto es que Marín Varona fue un pianista, compositor, pedagogo y crítico musical, considerado en su época como uno de los artistas más representativos de la música de salón. Según Lourdes Cepero su catálogo incluyó una opereta, numerosas zarzuelas, tangos, valses, mazurkas, two-steps, canciones, guajiras y otros géneros criollos como danzón, habanera y guaracha, independientemente del Álbum de piezas para piano, un Álbum de romanzas para triple y Caprichos cubanos, los cuales se dieron a conocer con el nombre genérico de Tropicales.

Este último Álbum fue laureado con medalla de plata en la Exposición Universal de París en 1900, fue ganadora de diplomas y el primer premio en la Exposición Nacional de 1911.

Sus ideas independentistas, le obligaron a partir a Cayo Hueso, debido a la presión de la Colonia Española, y en el exilio continuó ofreciendo conciertos para favorecer la insurrección fuera de la isla.

Luego de 1902 fundó y dirigió hasta su muerte, la Banda del Cuerpo de Artillería, la que desde 1905 se convertiría en Banda del Estado Mayor del Ejército. Por tal motivo es que al criterio de Cepero, Marín Varona debe reconocerse como el iniciador de las bandas militares en Cuba.

Fue subdirector de la Gaceta Musical de la Habana y fundó la revista Cuba Musical, en la que ejerció como crítico de música. También fue profesor del Conservatorio Municipal de la Habana, miembro de de la Academia Nacional de Artes y Letras y presidente durante varios años de su sección de música.

Se dice que unas de las últimas veces que se vio en público fue aquel 24 de febrero de 1912, en la gala de develación de la estatua ecuestre de Ignacio Agramonte. Allí, la Banda del Cuartel General de la República estrenó la obertura Al Mayor, compuesta por Varona. Poco tiempo después muere en la Habana, el 12 de septiembre de ese propio año y en su sepelio la Banda de Infantería interpretó su célebre canción Acuérdate de mí. No había mejor manera de despedir a quien en vida fue un fiel defensor de la música y las bandas militares.

Estudiante de Periodismo de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte. Fan de los deportes, el cine y la música cubana. Catcher del equipo de softbol de la Prensa de Camagüey, actualmente los subcampeones de Cuba. Encargado de realizar los materiales televisivos en Audiovisuales Príncipe, Grupo de Comunicación de la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey.
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