Un grupo de participantes en el evento de la subsede camagüeyana de la tercera edición de la Bienal de Diseño, BD Habana 2022, recorrió junto a especialistas de la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey algunos lugares de alto valor patrimonial en la capital agramontina. De igual manera visitaron algunos de los sitios inaugurados este año para ver cómo fue implementado el diseño en el discurso museográfico.

El recorrido comenzó por el parque Ignacio Agramonte y la maqueta del centro histórico, ubicada en el Centro de Interpretación “Camagüey, Ciudad Patrimonio”. Luego se desplazaron hacia la Plaza de San Juan de Dios, donde interactuaron con artistas destacados de las artes plásticas en el territorio, como Joel Jover, Eduardo Rosales y Magdiel García.

También entraron al Museo San Juan de Dios, sitio que narra la historia de la plaza homónima y el propio inmueble, lugar donde fue expuesto el cadáver del Mayor General Ignacio Agramonte luego de su caída en combate.

Los visitantes apreciaron las exposiciones concursantes en el certamen “Reflejos”, de camino hacia el Museo Ferroviario, inmueble galardonado recientemente con el Premio Nacional de Restauración. Allí los recibieron los pequeños de la especialidad de danza del Conjunto Artístico Arlequín, cuya presentación fue catalogada por Gisela Herrero García, directora de la Oficina Nacional de Diseño (ONDI), como el mayor regalo a esta edición de la Bienal.

Como colofón los participantes hicieron un recorrido por el Museo Ferroviario y mostraron su admiración por el uso del diseño en el discurso museográfico del lugar.

“Esto ha sido una experiencia enriquecedora, saber que aquí en Camagüey también se le da un uso y una importancia tremenda al diseño en la implementación del discurso museográfico. Yo realmente estoy súper impresionado con todo lo que se ha hecho en este Museo y en el de la plaza de San Juan de Dios. Es necesario y rico saber que esta tendencia se está expandiendo al resto del país.” –comenta Adrián García Álvarez, diseñador industrial participante y ponente en la Bienal.

Gisela Herrero añadió: “Esto es una buena implementación de lo que hoy se conoce como el diseño de experiencias, que es la posibilidad que tiene el usuario que viene a estos espacios a aprender, de experimentar con las prestaciones de lo que se expone. Aquí el diseño ha jugado el papel que le toca, ser una herramienta en servicio de la información bien puesta, de seleccionar bien los recursos sobre los cuales colocar la información para que sea efectiva y en ese sentido hay un trabajo casi que de filigrana, de relojería suiza. Están muy bien escogidos los soportes y los medios y la posibilidad de interactuar desde el empleo de las nuevas tecnologías, pero sin que estas manden y tiren de la intención. Es una joya que hay que cuidarla y hacerla sostenible.”

De esta manera, previo a la clausura del evento cerró un espacio en el que la historia y el diseño fueron de la mano, para intercambiar experiencias sobre el empleo de este último en los temas relacionados a la conservación y difusión de los valores patrimoniales de las ciudades.