Las mujeres forman parte imprescindible de la ciudad, por sus múltiples aportes a la transformación y al cuidado de la urbe, así como a la sostenibilidad y el equilibrio social. La participación y el liderazgo femenino se hallan presentes, de forma decisiva, en la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, institución que vela por los valores socioculturales atesorados en una de las primeras villas fundadas en Cuba.

Las mujeres ocupan puestos de dirección en la mayoría de las subdirecciones, por lo que desempeñan importantes roles en la toma de decisiones.

“Trabajar en la Oficina me ha hecho crecer como persona y como profesional. Sobre todo, en esta época de empoderamiento femenino en la que tenemos la oportunidad de capacitarnos y decir nuestros criterios. La Oficina nos ha posibilitado ser nosotras mismas”, comenta Arisleyda Ruffing, directora del Centro de Interpretación del Patrimonio Funerario.

Las marianas de la Oficina del Historiador se han vinculado en todas las fases de los distintos procesos. Han sido guía en tareas fundamentales como la confección de los planes de gestión y manejo del Centro Histórico, la formulación de campañas de comunicación, las investigaciones históricas, los proyectos constructivos, y a pie de obra.

Sus probadas capacidades en diferentes ámbitos las han llevado a conducir algunos de los proyectos más recientes de la institución, como el del Museo Ferroviario y el del Centro de Interpretación del Patrimonio Funerario.

“Este es un proyecto que desde el primer momento me atrapó. Ha sido un gran reto profesional y además me ha dado la posibilidad de relacionarme con mujeres con una labor muy destacada en la Oficina, como Elizabeth Monteagudo -de la subdirección de Proyectos- y María Carmenates -de Plan Maestro- y con todas mis compañeras que son un pilar esencial en la institución en este momento”, agrega Arisleyda.

Aún persisten brechas de género en nuestra sociedad, pero la Oficina del Historiador en Camagüey dirige sus esfuerzos hacia la reducción de esas disparidades en el entorno laboral, fomentando el respeto y la igualdad de oportunidades. A ellas y a todas las que derrochan valentía y sensibilidad, la ciudad les debe reconocimiento y gratitud.