Este primero de mayo, La Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, OHCC, reunió a sus trabajadores en los predios de la Plaza de la Revolución, para desfilar ante la estatua de El Mayor con el orgullo y la vergüenza que nos caracteriza.
Con el amanecer fueron llegando los especialistas de las diferentes instituciones, con sus uniformes o identificaciones. Abrió el bloque el más joven de los proyectos: ″Mis manos pueden ″, dedicado a la enseñanza de algunos oficios, a jóvenes discapacitados que terminan sus estudios en la enseñanza especial. Para el cierre nos acompañó, como de costumbre, la agrupación Rumbatá con su habitual alegría.
La cita fue antecedida por la grata entrega de dos reconocimientos a la institución, por parte del Sindicato de la Cultura: Centro en 26 y la Condición Colectivo Distinguido, ambas son el premio a la entrega del trabajo diario, en defensa de la identidad y nuestros valores autóctonos, esos que nos hace sentir el orgullo de ser camagüeyanos.
La OHCC de camino a la Plaza, llevó sus mejores galas y sus más preciados valores, los que nos mueven ante la adversidad para seguir con nuestra obra de amor por el patrimonio, por el Camagüey y su historia.


