La Plaza desde el lente

Fotos: Legna María Caballero y José A. Cortiñas Friman
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Casi todos los camagüeyanos conocen de alguna forma la Plaza de la Revolución, a través de un acto, concierto, reunión o evento. Pero casi siempre la Plaza es solo el espacio donde ocurren las noticias y no la protagonista principal del material periodístico. Es por eso, que estos fotorreporteros llegaron a ese sitio emblemático del panorama sociocultural agramontino, y la convirtieron en el objetivo de su lente.

El Museo Plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz se encuentra rodeado por varias instalaciones deportivas, viviendas familiares e instituciones gubernamentales. A su entrada, nuestra cámara halló un conjunto lineal de palmas reales, como símbolo de la cubanía que alberga la Plaza.

El Salón Guillén es el sitio de carácter protocolar dentro del Museo. Allí se otorgan altas distinciones, como la bandera de Vanguardia Nacional, la Llave de la ciudad, la condición de Hijo Ilustre… y algunas instituciones firman sus códigos de ética.

El lugar ha recibido visitas de importantes exponentes de la cultura y la política en nuestro país y de figuras internacionales como el Papa Juan Pablo II.

El elemento más representativo de este Salón es el Mural Escultórico del artista de la plástica Roberto Estrada.

El Salón Jimaguayú fue el sitio donde el pueblo camagüeyano firmó el libro de condolencias en honor al Comandante en Jefe Fidel Castro. Allí, también durmieron las cenizas del líder de la Revolución, durante el paso de la Caravana por Camagüey.

El Monumento a Ignacio Agramonte fue colocado en la Plaza el 23 de diciembre de 1991, en conmemoración al 150 aniversario del natalicio del prócer camagüeyano.

En el conjunto sobresale la figura de Agramonte en bronce, con una altura de 5.6 metros y ahuecada en el centro. Detrás, se encuentra representada la caballería que él comandó.

Aparecen en el conjunto escultórico 3 columnas de hormigón, representando las 3 franjas azules de la bandera cubana y los espacios libres, que simbolizan las dos franjas blancas. Asimismo, en su corona de altura, se halla la estrella solitaria. También destacan los frizos en relieve, que refieren a cada una de las etapas de la Historia de Cuba.

La Fuente de las Banderas Latinoamericanas, inaugurada el 28 de enero de 1998, posee 21 astas y constituye una representación de la unidad entre los movimientos latinoamericanos.

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