Por: Enrique Atiénzar Rivero
En La Plata, en el mismísimo corazón de la Sierra Maestra, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz rubricó la primera Ley de Reforma Agraria, que abrió una perspectiva para los hombres y mujeres del campo, sometidos al olvido por los dueños de las extensas superficies de tierra.
No por gusto, durante la celebración del juicio por los hechos del 26 de Julio de 1953, y en su autodefensa el propio Fidel echó pie en tierra y expuso las seis principales situaciones que aquejaban al verdadero pueblo cubano.
Eran el dominio de la tierra por grandes latifundios, incluida la presencia foránea, necesidad de la industrialización, el acceso a la vivienda, eliminación del desempleo, la maltrecha educación y el problema de la salud.
El primer problema que mencionó fue el de la tierra. La propiedad del suelo en Cuba estaba en manos de unos pocos y los que accedían a relativos beneficios lo hacían como aparceros y precaristas.
En fecha tan temprana como el 19 de marzo de 1959, a menos de un mes de estampar su firma de la primera ley en La Plata, Fidel entregó, en su condición de primer ministro, un cheque por 100 mil pesos a Rogelio Cisneros, responsable del Movimiento 26 de Julio en Camagüey para impulsar los planes de la reforma agraria aquí y mejorar los sistemas de cultivo entre los campesinos, boicoteado por el entonces jefe de la plaza militar, el traidor Hubert Matos.
Anunciaba en esa oportunidad el envío a Camagüey de equipos de implementos agrícolas para ayudar al hombre del campo en su lucha por hacer más productiva la fértil tierra cubana, información de la que se haría eco el periódico El Camagüeyano.
En su acercamiento a Camagüey, Fidel dedicó el 12 de abril de 1959 a clausurar el Congreso Provincial Campesino, inaugurar la primera cooperativa arrocera Ignacio Agramonte y a visitar la arrocera La Oliva, en Florida.
En sus reiteradas visitas a Camagüey, el 23 de junio de 1959, el Líder Histórico de la Revolución prestó declaraciones al canal 11 de Televisión, radicado en Camagüey, acerca de las medidas contra las provocaciones de los ganaderos y anunció la intervención de fincas con más de 100 caballerías.
“(…) Nosotros no hacemos la reforma agraria para agredir a nadie en lo personal ni mucho menos, es una necesidad de la nación y, sencillamente esta ha sido la provincia donde más poder tienen los grandes latifundistas (…) Camagüey siempre estuvo gobernada por los grandes latifundistas, los que tienen una tremenda influencia económica y un tremendo poder económico”.
Los tiempos cambiaron para bien, favorecieron al sector rural y hoy agrupados en unidades básicas de producción cooperativa, cooperativas de producción agropecuaria y de créditos y servicios, con el encargo social y estatal de asegurar producción de alimentos para la industria y satisfacer las crecientes necesidades de la población, inspirados por la organización que los agrupa, en la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (Anap).
