Como si de una historia de ficción se tratara fue el rescate de la camagüeyana Evangelina Cossío Cisneros en la Casa de Recogidas. Dicha acción formó parte de una estrategia publicitaria que buscaba la intervención estadounidense en la guerra cubano-española. Su llegada a dicha institución es producto a su inclusión y protagonismo en un hecho que buscar el alzamiento en la Isla de Pinos, lugar donde residía junto a su padre, Agustín Cossío Serrano, y hermana Carmen, debido a las consecuencias de las actividades independentistas de este.
El plan consistía en asaltar el cuartel, tomar las armas allí guardadas, apoderarse de una embarcación llegar a la costa sur de la provincia de Pinar del Río e incorporarse a las tropas de Antonio Maceo.
Específicamente el objetivo era atraer a coronel José Bérriz, sobrino del General Azcárraga (amigo personal de Weyler) a la vivienda de Evangelina para un supuesto encuentro amoroso; pues en varias ocasiones este le había manifestado esas intenciones violentamente.
Justo, al entrar en la vivienda sería detenido; mientras el resto de los sublevados embestirían contra el cuartel de caballería de Nueva Gerona y forzarían la rendición de la guarnición con la amenaza de matar a su jefe militar.
Sin embargo, no salió como se había planeado. A pesar de haber caído en la trampa, el grueso de los hombres rebelados choca con una patrulla española.
Inmediatamente se ven inmersos en un tiroteo que provoca la muerte de varios de ellos y la persecución de los restantes.
Aunque la joven se mantuvo oculta durante un tiempo, fue apresada junto a su hermana y trasladada a la Real Casa de Recogidas San Juan Nepomuceno de La Habana, despreciable cárcel de mujeres. Estuvo meses incomunicada mientras esperaba ser juzgada por orden del Gobernador de la Isla, Valeriano Weyler.
Gracias al azar
Quiso el azar que los corresponsales George Eugene Bryson, George Clarke Musgrave y Thomas G. Alvord Jr. del New York Journal quienes visitaban la correccional para entrevistar a una norteamericana, se fijaran en ella por su juventud, belleza y comenzaran a indagar sobre su persona.
Una vez conocida la información por señor William Randolph Hearst, dueño de una de las más importantes cadenas de periódicos de los Estados Unidos en ese momento, la historia sería manipulada y utilizada como instrumento para ampliar el odio hacia España.
La campaña creada en torno a su situación hizo que la nación norteña se movilizara en su defensa, creando un comité Pro-Evangelina, encabezado por la Primera Dama y se sumaran otras personalidades mundiales como el Papa León XIII, la Reina Victoria, quienes apoyaron y solicitaron la petición de rescate y libertad a la Reina María Cristina y al gobierno español.
El rescate
La presión internacional hizo que Weyler diera a conocer el juicio inminente y expulsara de la isla a Bryson, el cual fue sustituido por el hábil periodista Karl Decker, quien llega a La Habana, con la única misión de liberarla. Con pasaporte falso bajo el nombre Charles Duval hace su entrada, en 1897.
En tal propósito se involucraron, entre otros, el cónsul en La Habana el Coronel Lee, el irlandés Tom Mallory, los cubanos Miguel Hernandón, Francisco Debeche y al banquero cubano-estadounidense Carlos F. Carbonell. Es así como en la noche del 6 de octubre 1897, la joven pudo escapar del calvario.
Escondida durante tres días en casa de su futuro esposo, el Sr. Carbonell, es sacada del país vestida de hombre con bajo el nombre de Juan Sola, a bordo del vapor estadounidense Séneca.
Una entrada triunfal
Tuvo un recibimiento impactante. Fue hospedada en la suite más lujosa del recién inaugurado hotel de la ciudad, el Waldorf Astoria. Se le hicieron espléndidas recepciones, participó en numerosos actos publicitarios organizados por el New York Journal, y presentada en el Madison Square Garden. En Washington fue recibida en la Casa Blanca por el presidente Mr. William MacKinley y miembros del Congreso.
La manipulación de la historia de Evangelina, así como la creación de un personaje alrededor de su figura contribuyó a acrecentar el odio hacia España y la necesidad de “apoyar la causa libertaria cubana”.
No obstante, pronto otra noticia inundaría las páginas de los periódicos del país anglo, la explosión del acorazado Maine, con la cual se pondrían en marcha las verdaderas intenciones de ese gobierno.
Bibliografía
Evangelina de las Mercedes Cossío Cisneros. https://isladelajuventud-cuba.com/wp-content/uploads/2017/02/logoc.jpg.
Lamotte, Mayra. Hazaña con sangre. Victoria. Diario Digital de la Isla de la Juventud, 23 de julio del 2020.