Solo quizás muy pocas personas la recuerden, pues hace muchos años se fue al olvido.
Se convirtió en una recordista cubana a fuerza de asombros, tierra adentro en la provincia de Camagüey.
Fue hace 41 años, en mayo de 1984, y es oportuno recordarla ahora en 2025 en la vaquería La Marina, del municipio de Sibanicú.
La denominaron Milagritos y el nombre le vino muy bien porque era una ternerita que resultó ordeñada por primera vez al quinto día de nacida, y durante casi un mes.
El hecho quedó corroborado por el conocimiento público, incluida la prensa, y por la ciencia.
Ese hecho, en un animal muy joven, es un proceso anormal más frecuente en equinos y ovinos, pero mucho menos común en vacunos, según expone el libro Enfermedades de las glándulas mamarias en los animales domésticos, de Heidrich-Rank.
Milagritos devino, de acuerdo con las referencias disponibles, en la bovina más joven que produjo leche en Cuba.
El sorprendente hecho comenzó cuando un trabajador descubrió el líquido al analizarle las mamas, inflamadas por la supuesta picadura de un insecto.
Hija de una vaca del tipo F-2, gestada de forma natural por un toro cebú, proporcionó durante varias jornadas un cuarto de litro de leche diariamente, auque el volumen descendió a apenas 25 centímetros cúbicos cada 24 horas, y los ordeños cesaron cuando le “secaron” la ubre para preservarle la salud, según informó la Agencia de Información Nacional (AIN), hoy Agencia Cubana de Noticias (ACN).
El hecho fue trasmitido desde Camagüey a la Redacción Central de la AIN en La Habana, y por el circuito de difusión de informaciones de esa agencia.
El referido texto científico sugiere interrumpir la secreción, denominada leche de bruja o mágica y aplicar un tratamiento, lo cual se utilizó en el referido caso para evitar dificultades en el desarrollo de la “vaca a medias”.
Jamás volví a saber de Milagritos, y por el tiempo transcurrido es imposible que aún viva.
¿Volvió a repetirse el hecho en Cuba? Quizás sí, pero al parecer uno no conoce que otro hecho similar haya trascendido públicamente.
La hazaña precoz de la ternerita forma parte de nuestros valores patrimoniales, los cuales no solo deben ser enmarcados en un reducido sector como la literatura, el arte, la historia y la arquitectura, sino en una amplia gama de factores excepcionales en la vida del hombre y de la naturaleza.
¿Quién duda que los elementos naturales del Pico Turquino figuran en nuestro patrimonio nacional?
Milagritos también tuvo su Pico Turquino, y 41 años después, vale la pena recordarla y rememorar en una mirada en sentido figurado, a la vaquería camagüeyana La Marina, cuando allí, tierra adentro, la “vaquita” camagüeyana se ciñó una corona en la historia de la ganadería vacuna de Cuba, al menos según el conocimiento periodístico disponible.


