Por: Yusarys Benito y Alejandro García 

La Campaña de Alfabetización fue una de las grandes tareas acometidas por la juventud cubana luego del triunfo de la Revolución. Sin embargo, poco se habla de que 12 camagüeyanos, estudiantes de secundaria básica, fueron los primeros en construir una brigada para demostrar al pueblo que era posible cumplir la misión.

En la madrugada del primero de enero de 1961 partieron hacia Cayo Coco, por aquel entonces una zona de carboneros incomunicada por vía terrestre, quienes tuvieron las primeras experiencias de la alfabetización en la Cuba revolucionaria.

Allí comprendieron la magnitud de la tarea y se impusieron a los imprevistos. Debido al nombre del sitio escogido para esa experiencia inicial, los llamaron los Coquitos.

“Lo primero que aprendimos es que había que trabajar para ganar el respeto de los habitantes del Cayo. Ellos nos decían que estaban agotados y que no tenían tiempo para estudiar. Entonces tuvimos que trabar a la par de ellos e impartimos clases incluso en el tiempo de descanso o cuando se velaba un horno de carbón.

También había que revisar la cantidad de material de estudio que se había dispuesto para la tarea, por ejemplo, ellos no tenían habilidad alguna con el lápiz y rompían las puntas con mucha frecuencia. Además, muchos tenían problemas en la visión y eso dificultaba el proceso aún más. Todas estas experiencias, una vez salimos del Cayo la expusimos en la Habana, a la dirección de la Campaña, para que supieran lo qué se iban a encontrar.” – Me comenta Pedro Pino Estévez, uno de los integrantes de la brigada.

Retos importantes

El éxito de la misión que el poeta de la Revolución Raúl Ferrer y el pedagogo Marcelo García habían entregado a los Coquitos, no solo radicaba en las labores en el Cayo, también debían demostrar al resto de las familias que sus hijos estaban listos para partir hacia las zonas más intrincadas del país.

Al respecto, Pino Estévez reflexiona:

“En aquella época era casi imposible que una muchacha la dejaran ir sola a cumplir una tarea de ese tipo, no era bien visto, por eso era importante demostrar que iban a estar seguras. A ninguna de las tres compañeras que fueron al Cayo les sucedió nada y después pidieron ir a los lugares más difíciles para seguir con la misión. Nuestra labor era importante para los campesinos en aquellos lugares intrincados, pero también para las familias en las ciudades.”

Tan solo un mes después regresaron los Coquitos: los primeros alfabetizadores, los 12 jóvenes camagüeyanos que continuaron el camino hacia la hazaña educacional más importante del pueblo cubano.

El 22 de diciembre de 1961, ellos también izaron, con el orgullo de haber sido pioneros de tamaña encomienda, la bandera que declaraba a Cuba territorio libre de analfabetismo.