A fines de 1849 fue fundada en territorio camagüeyano la Sociedad Libertadora de Puerto Príncipe que agrupó a muchos criollos opuestos al colonialismo.
Esta sociedad trabajó con fortuna en la captación de nuevos seguidores. Logró crear clubes en cada barrio de la ciudad y extender su acción fuera de la jurisdicción principeña, al establecer vínculos en Las Tunas, Bayamo, Santiago de Cuba, Matanzas, La Habana y Pinar del Río.
Uno de sus más fuertes núcleos estuvo en la ciudad portuaria de Nuevitas, al cual estuvo estrechamente vinculada la personalidad que se convirtió para la historia en el símbolo de este movimiento en el Camagüey; Joaquín de Agüero y Agüero.
La decisión
El reforzamiento de la presencia militar hispana en las cercanías de Guáimaro, forzó la decisión del alzamiento para el 4 de julio 1851, una fecha que además de su cercanía tenía la aureola de ser “clásico aniversario de las libertades de América”.
Reunidos en San Francisco de Jucaral redactaron y aprobaron una declaración de independencia –la primera aprobada en los campos de Cuba Libre—, donde se proclamaba:
“De hecho y de derecho nos constituimos en abierta rebelión contra todos los actos o leyes que emanen de nuestra antigua metrópoli: desconocemos toda autoridad de cualquier clase y categoría que sea, cuyos nombramientos y facultades no traigan su origen exclusivamente en la mayoría del pueblo de Cuba, solo en moral a quien reconocemos con facultades para darse leyes en la persona de sus representantes”.
En San Francisco de Jucaral alrededor de 46 hombres capitaneados por Joaquín de Agüero firmaron su declaración de independencia. En un primer momento Agüero solicitó que se eligiera a un jefe, todos estuvieron de acuerdo en que la persona que debía ser era uno de los más activos colaboradores: Joaquín de Agüero y Agüero.
Desde lo militar
El plan militar tenía como punto de partida la toma del poblado de Las Tunas, población que unía a sus compromisos con los planes de la Sociedad, las ventajas de su ubicación geográfica a las puertas de la región oriental y estrechos vínculos económicos y familiares con los principeños.
La idea consistía en dividir las fuerzas en dos grupos, uno encabezado por Agüero se encargaría de detener al gobernador en su casa y el otro, más numeroso con 30 hombres, pondría sitio al cuartel. Una delación puso en alerta al gobernador fueron perseguidos por las tropas colonialistas y mermadas sus fuerzas.
El primer encuentro armado…
Eran los disparos del primer combate que ha sido considerado por estudiosos del período como el primer encuentro armado entre cubanos y tropas colonialistas en la Historia de Cuba. Estos causaron la muerte de Juan Francisco de Torres, Antonio María Agüero Estrada, Francisco Perdomo Batista, Mariano Benavides y Victoriano Malledo, primeros patriotas muertos empuñando las armas por la libertad.
La victoria correspondió a las fuerzas colonialistas; los cubanos se dispersaron. Joaquín de Agüero comprendiendo el fracaso del alzamiento dejó en libertad a quienes lo decidieran de acogerse al indulto ofrecido por José Lemery –comandante general del Departamento del Centro— y junto a un grupo de compañeros se dirigió a la costa con el objetivo de buscar algún medio para embarcarse hacia el extranjero.
Víctimas de una traición fueron apresados el 23 de julio en el pesquero de Punta de Ganado y trasladados a Puerto Príncipe donde se organizó un juicio con la celeridad necesaria a las intenciones represivas del gobierno.
El rigor de las sentencias llegó hasta 27 condenas a muerte, de las cuales cuatro fueron cumplidas el 12 de agosto de 1851 cuando Joaquín de Agüero y Agüero, Fernando de Zayas y Cisneros, Miguel Antonio Benavides Pardo y José Tomás Betancourt y Zayas fueron fusilados en el lugar conocido como Sabana de Beatriz Méndez, paraje ubicado en el límite norte de la ciudad de Puerto Príncipe.
Hoy en un espacio de terreno en el lugar, aún sin ser el sitio exacto donde habían sido fusilados; se levanta una columna de cuatro caras en forma apiramidada que tributa homenaje a los patriotas precursores del independentismo encabezados por Joaquín de Agüero y sus tres compañeros, ejecutados por los españoles en un sitio próximo a la Plaza Méndez.
El 10 de octubre de 1913 se inauguró un monumento que rinde tributo a los mártires del 51, el cual fue posible gracias a la recolecta de fondos, que realizaron los alumnos de la escuela pública No. 6 “José de la Luz y Caballero” y su profesor Manuel Emiliano Agüero.
