El 21 de octubre de 1959 pasó a la historia como una fecha inolvidable y de reafirmación revolucionaria de los camagüeyanos. Miles de hombres y mujeres, junto a Fidel, escenificaron en la mañana de ese día la primera marcha combatiente por las principales calles de la ciudad, hasta llegar al regimiento militar “Ignacio Agramonte”; sitio donde se encontraba el traidor Hubert Matos, quien fuera detenido por el Comandante Camilo Cienfuegos sin que se derramara una gota de sangre.
Se puso fin así a una maniobra fraguada por Matos, quien buscaba debilitar la Revolución y entorpecer la aplicación de la Ley de Reforma Agraria. Este jefe militar venía dando señales de apego a las tendencias reaccionarias y entronizó el culto a la personalidad, pero no transcurrió mucho tiempo en que hombres leales a la Revolución y a Fidel, entre ellos Jorge Enrique Mendoza Reboredo, delegado en Camagüey del INRA, pusieran al descubierto sus planes.
Cada paso en falso de Hubert Matos era conocido por Fidel, por lo que al líder histórico de la Revolución no le sorprendió la carta-renuncia que a título privado le enviara Matos, en octubre de 1959. El contenido del documento era de conocimiento entre muchos de los secuaces que lo apoyaban. Fidel, después de señalarle su deslealtad, anunció que el Comandante Camilo Cienfuegos recibiría el mando de la plaza, como ocurrió.
Muchos momentos trascendentales transcurrieron el 21 de octubre con la llegada del Señor de la Vanguardia y luego de Fidel Castro, quien sabiendo la importancia de mantener informado al pueblo convocó a Mendoza a decir por la radio la verdad de lo que sucedía. Fidel, al hablar ese día desde el cuartel, agradeció la actitud mostrada por el pueblo, al que calificó de leal y revolucionario.


