Por: Claudia Sánchez (Estudiante de Periodismo)

El Museo Ferroviario de Camagüey constituye una de las propuestas más relevantes y atractivas de la ciudad. Inaugurado el pasado 25 febrero, suma unos poco más de 2160 visitantes hasta el día de hoy.

Entre los recurrentes espectadores que asisten a la locación, sobresalen niños, jóvenes estudiantes y lugareños atrapados por la novedad.

Considerado una quimera, el proyecto se materializó con el objetivo de recuperar la cultura ferroviaria e industrial que caracterizaba a Camagüey en antiguas épocas y además, salvar del olvido significativas locomotoras encargadas en su momento de la distribución cañera a lo largo y ancho de la Isla.

Retroalimentación con el público

La presentación ha tenido un impacto muy positivo con el devenir de los días. Destaca la concepción interactiva y el rescate de máquinas canadienses exclusivas de los setentas, así lo confirma Roger Reinier Mariño Martínez, miembro del Grupo de Aficionados de Ferrocarriles de Cuba.

Estamos ante un diseño único donde el público puede adentrarse mediante formas didácticas, muy necesarias y creativas en la era audiovisual. A través de tecnologías innovadoras el visitante tiene la posibilidad de realizar una visita virtual a las diferentes estaciones y paradas ferroviarias.

El patrimonio ferroviario de la mano con la tecnología

Es un perfecto espacio de recreación mental, respeta la idea de la exposición tradicional pero se incorporan metodologías modernas atrayentes para todos.  Se espera añadir en un futuro próximo técnicas de realidad aumentada de la locomotora a vapor.

La aceptación se puede catalogar de excelencia por parte de las personas que han visitado la instauración, sobretodo por la renovación estratégica que se le dio a la antigua terminal de trenes y la forma tan original de salvaguardar el patrimonio.