Escribir de valor y entrega en plena juventud no resulta difícil cuando se habla de Noel Fernández Pérez, quien se destacó notablemente como jefe de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio en la provincia de Camagüey.
Sus primeros pasos los dio en el municipio de Vertientes donde nació por el amor de José Ramón y Emma, un 26 de septiembre de 1936.
Los primeros estudios los cursó en la escuela pública de su pueblo natal, luego en ese mismo lugar, sus padres le costearon clases de inglés, mecanografía y taquigrafía, continúa sus estudios en la Escuela Episcopal de San Pablo, en Vertientes.
Regresó nuevamente a Aguilar hasta que su familia se trasladó definitivamente a la ciudad de Camagüey.
En 1952, a los 16 años de edad, continuó sus estudios y obtuvo su certificado de octavo grado en el colegio privado El Salvador, e ingresó en el curso de pre-comercial en la Escuela Profesional de Comercio.
Otras labores
Trabajó en el Almacén de Portilla, Hnos. y Cía., López Betancourt y Cía., y La Defensa, todos estos, importadores de víveres y licores.
Cuando en Camagüey comienza a sentirse la represión de la tiranía batistiana, Noel, como muchos jóvenes, se incorpora a la lucha clandestina.
En distintos sitios digitales y publicaciones históricas se dice que inició dichas actividades en 1957 realizando numerosos sabotajes, como el incendio de varios ómnibus locales en lugares céntricos de la ciudad.
Su primer trabajo revolucionario de importancia fue la colocación de una bomba en el club nocturno llamado “Moroceo”, hecho que se llevó a cabo como una forma única de hacer comprender que no era justo que mientras muchos morían peleando o sufrían prisión, otros se divirtieran ignorantes, indiferentes del momento crítico por el que atravesaba Cuba.
Labor revolucionaria
En el calendario marcaba 31 de diciembre de 1957, fecha en que fue detenido el jefe de acción y sabotaje del M-26-7 en el municipio de Camagüey, Lester Delgado, a quien Noel en la práctica sustituyó.
Planeó y llevó a cabo con gran éxito el incendio de la Audiencia al frente de un comando revolucionario, a la vista de todos a causa de la situación del edificio en el centro de la ciudad, en la calle Cisneros, burlando al mismo tiempo la vigilancia policíaca que era numerosa por esos alrededores.
Por aquel entonces se había disuelto en la ciudad todo tipo de dirección revolucionaria que organizara los trabajos que había que efectuar y como ya a Noel se le conocía en los ámbitos de la clandestinidad como muchacho valiente, por lo que se le encomendó la tarea de hacer una milicia de la que él mismo sería el jefe y a la cual le darían armas para organizar una huelga revolucionaria.
Ingresaron en ella 80 jóvenes que se reunieron en su casa, y más tarde, el 9 de abril de 1958, se supo que las armas no habían llegado, y fueron detenidos varios compañeros.
Teniendo noticias de que era buscado intensamente por la policía y habiéndole registrado su casa repetidas veces, se hizo necesario que se ocultara en el poblado de Aguilar.
Mientras permanecía en Aguilar realizó distintas actividades revolucionarias, entre ellas algunos sabotajes. Al ser citado a juicio regresó nuevamente a la ciudad. De este salió absuelto y se reintegró nuevamente a su trabajo.
Ya en esta época está formada la Dirección del M-26-7 en la provincia, y se encontraban distintos grupos revolucionarios alzados con los cuales él tenía estrechos contactos, haciéndole llegar armas, mercancías y medicinas.
También trasladó valiosos compañeros del M-26-7 de la capital hasta la avanzada de las tropas rebeldes de la Sierra Maestra.
Quemó un gascar, luego de haber bajado a sus ocupantes, para que pasara incendiado por la estación de ferrocarril.
Desarmó Noel a muchos serenos y policías con la ayuda de otros compañeros que le servían de apoyo.
Pudo en una semana en calles céntricas desarmar a 9 policías.
Y luego de mucho batallar llegó al fin para Noel la oportunidad de liberar a los presos políticos entre los cuales estaba Lester Delgado. Y así cumplió su promesa en la tarde del 16 de septiembre de 1958, en la que fue asaltado el carro celular que conducía 9 presos políticos que fueron liberados por Noel y otros compañeros.
La acción, realizada a pocas cuadras de la cárcel y en el centro de la ciudad, fue sin dudas la más relevante de cuantas tuvieron lugar en la ciudad de Camagüey durante la lucha contra Batista.
Días después, en la calle 25 de Julio, próxima a la casa donde se ocultaba, sostuvo un encuentro a tiros con la policía, ya que habían reconocido el automóvil.
Logró escapar llegando a una casa donde se identifica como miembro del 26 de Julio y saltando varias tapias colindantes le facilitan una bicicleta en la cual logra alejarse rápidamente del lugar.
Para evadir la persecución de la policía se tiñe el pelo de rubio, usa espejuelos y camisa de mangas largas, continúa en la dirección de varios atentados a elementos del gobierno.
Octubre y su penúltimo día tiñe color ocre un futuro prometedor, en víspera de la farsa electoral repudiada por el pueblo, Noel se apresta a entorpecer su realización planeando para ello el incendio del tren que conducía petróleo a la planta eléctrica de esta ciudad para así paralizarla y por lo tanto sabotear la celebración de las elecciones.
En medio del tiroteo falleció accidentalmente al tratar junto a un grupo de jóvenes de inutilizar la planta eléctrica que daba servicios a la capital provincial.
Su muerte constituyó un duro golpe para los revolucionarios agramontinos de aquella etapa insurreccional y para todos los que enamorados de nuestra historia releemos las páginas de heroísmo que inscribió Noel.