El principeño Juan Torres Lasqueti, (1816-1900) arriesgó su vida en su labor como comunicante, correo o enlace, en la Guerra de los Diez Años (1868-1878). También se distinguió por su oficio de hurgar y sistematizar la memoria del Camagüey recogida en el texto: Colección de datos históricos-geográficos y estadísticos de Puerto Príncipe y su jurisdicción.
Algo original de mi querido Camagüey
En los comienzos del libro, Lasqueti anota que su vehemente deseo de conocer la historia particular de la Provincia brotó en la niñez, al escuchar a los ancianos narrando detalles de las construcciones de los templos y puentes.
La inquebrantable voluntad de Juan Torres le permitió trasvasar los obstáculos, acopiar textos, datos, apuntes, memorias, guías de forasteros, periódicos, en fin, un número considerable de fuentes diversas para recrear y crear la historia. La perspectiva cronológica se impuso. Y la recuperación de los hechos históricos se parece a su tiempo, donde el paradigma positivista era hegemónico.
Hablaban la lengua de los Lucayos
La primera parte del texto Lasqueti describe las características físicas de los primeros habitantes, sus costumbres, lenguas, tipología constructiva, prácticas culturales, sociológicas y pautas de comportamiento que, el proceso de conquista truncó violentamente.
Lo interesante de esta primera parte es que contextualiza la localidad con todo el territorio insular a partir de topónimos, y geografías situadas con la presencia aborigen. Luego sostiene la fecha de fundación de la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe en 1514 y desde la misma hasta 1797 hilvana sucesos históricos, culturales, religiosos y subraya los comportamientos de los patrones del poder y las familias, cuyos apellidos fundacionales estamparon el signo sociosicológico de la región.
Lasqueti y la insurrección de José Antonio Aponte en Puerto Príncipe
Consideró Torres Lasqueti que el siglo XIX despuntó de manera multilateral al Príncipe. Incluso la leyenda o realidad fabulada del Indio Bravo inicia el segundo capítulo del texto Colección de datos… donde el terror a lo contrahegemónico moduló las costumbres cotidianas.
¡Para sorpresa! La muy ocultada insurrección de Aponte de alcance nacional está descrita por Juan. Hace una construcción desde las Actas capitulares: “Así pues, estando legítimamente calificada de insurrección, y manifiesto el inmenso peligro que nos amenaza, no pudiendo dudarse de que los acontecimientos extraordinarios necesitan iguales providencias, acordó tomarlas.”
Desde entonces la Audiencia se mantuvo en sesión permanente, igualmente el Cabildo. El Ayuntamiento acordó gratificar con 100 pesos al que aprendiese vivo o muerto a los negros nombrados Pedro, Manuel y Pablo esclavos de Don Juan de Dios Betancourt. Se le añadió la suma de otros 100 pesos más, ofrecido por el Alguacil Mayor Juan Recio de su propio peculio.
Fueron sentenciados a pena de horca 8 negros que la sufrieron el 29 de Enero, y el 31 al presidio de San Agustín de la Florida.
No se limita solo a esta Villa el movimiento insurreccional de los negros, señala Lasqueti, tomando esta información igualmente de las Actas capitulares; extendióse también a las jurisdicciones de Holguín, Bayamo, Trinidad y La Habana, donde fue ahorcado el caudillo moreno libre José Antonio Aponte.
Con tal fin, violento y totalmente ejemplarizante, de escarmiento, se pensó que el espíritu insurreccional concluía.
Lasqueti y el grito de independencia el 4 de julio de 1851
Recoge Lasqueti que: “El 4 de julio [de 1851] dieron el grito de independencia en San Francisco de Jucaral, jurisdicción de las Tunas, D. Joaquín de Agüero y Agüero con cincuenta compañeros que se habían reunido en la Loma de San Carlos, partido de Cascorro, donde se juramentaron y se leyó el acta en que así se consignaba.”
Final aterrador tuvieron los de Agüero, como los de Aponte, pues estos últimos también fueron ejecutados el 12 de agosto a las 6 de la mañana en la Sabana de Méndez: Agüero, Betancourt, Zayas y Benavides.
El 11 de Octubre de 1868 Puerto Príncipe en estado de sitio
Desde el 11 de octubre la ciudad, jadeaba aires de un Grito de Independencia dado el día 10 por el Lcdo. Carlos Manuel de Céspedes en su ingenio La Demajagüa, Yara. Puerto Príncipe despertó sitiada con las piezas de artillería colocadas en la plaza La Merced. Apunta Lasqueti que en la noche del 3 de noviembre la juventud principeña decidida a secundar el alzamiento de Céspedes estaba en el campo abierto.
Para no olvidar jamás
Juan Torres Lasqueti en el oficio de historiador de su época anotó, recreó y creó la memoria histórica de la localidad en el contexto de la nación. En este sentido, el historiador Yosef Yerushalmi asevera: “Si me es dado elegir, me pondré del lado del exceso de historia, tanto más poderoso es mi terror al olvido que el temor de tener que recordar demasiado”.
Bibliografía
Torres Lasqueti, Juan (2016) Colección de datos históricos-geográficos y estadísticos de Puerto Príncipe y su jurisdicción, Ediciones El Lugareño, Camagüey, Cuba.