Franciscos Argilagos Ginferrer perteneció a la familia principeña Argilagos – Ginferrer, de reconocido prestigio social en la localidad. La solvencia económica de la familia le brindó la oportunidad de educarse entre 1851 y 1852 en el Colegio habanero de San Salvador bajo la tutela de José de la Luz y Caballero, a quien admiró extraordinariamente.
Al igual que su hermano Rafael, fue enviado a estudiar a París; donde se graduó de bachiller en Ciencias y Letras en 1855, para cinco años más tarde obtener el título en Medicina, cirugía y oftalmología en la Facultad de Medicina de París.
Hombre de ciencia y cultura, obtiene la plaza de cirujano en jefe del hospital San Vicente de Paul en Francia. En 1861 dirige el dispensario y la clínica especializada en oftalmología Evereux de París. Fue socio titulado del Instituto Médico de Valencia (España) en 1864 y miembro fundador de la Sociedad Médica de Barranquilla (Colombia) en 1893. En todos los espacios cultiva con sus conocimientos gran prestigio profesional.
Por otra parte, las experiencias y el ejercicio como facultativo son antecedentes significativos para las innovaciones que propone en su especialidad. Una de las más conocidas fue la propuesta de un instrumento para medir el diámetro anterior y posterior del ojo, con el fin de descubrir el estafiloma -que aumenta en algunas patologías oftalmológicas- sin la ayuda del oftalmoscopio.
En el mundo científico nacional es casi un desconocido, aunque fue fundador de la Sociedad Universal de Oftalmología (1861), en la cual se desempeñó como su primer secretario. Las publicaciones técnicas realizadas por el galeno son varias. Escribió dos libros de la especialidad y más de 13 artículos, algunos incluidos en los Anales de la Oftalmología.
Durante su estancia hasta 1899 en Puerto Rico, Santo Domingo, Haití, Curazao, Colombia, Venezuela, entre otros países del Caribe, ejerció la práctica médica internacionalista con servicios oftalmológicos gratuitos a los pobres. Un hecho que marcó la historia médica de Cuba.
La oftalmóloga Dra. C. Rosaralis Santiesteban Freixas, en la investigación sobre los hermanos Rafael y Francisco Argilagos, destaca en su caso los méritos como precursor de la cromofondoscopía, al proponer el filtro de la luz aneritra, proceder que implicaba suprimir los rayos de luz rojas del espectro, para disminuir la fotofobia. Trabajo que presenta a la Academia de Ciencias de París y publica posteriormente.
Compartió los saberes médicos con la labor patriótica. Se alzó el 4 de noviembre de 1868 en Las Clavellinas. Participó en acciones combativas como Bonilla, la toma de Las Tunas, las Guásimas y Palo Seco. Fue médico, combatiente y periodista. Obtuvo el grado de coronel y médico cirujano del Estado Mayor del Ejército Libertador. En la gesta de 1895 colabora desde la emigración. Creó clubes revolucionarios y el Partido Revolucionario Cubano en Barranquilla.
Regresa a Cuba en el año 1899. A pesar de los créditos en el ámbito de la ciencia, el patriotismo demostrado en las guerras independentistas, la actitud frente a la intervención norteamericana, y el rechazo al entreguismo de Tomás Estrada Palma, le franquean el reconocimiento como catedrático y médico.
El eminente doctor santiaguero Joaquín Castillo Duany lo llamó a trabajar junto con él en el hospital civil de Santiago. En 1900, cuando fallece su amigo, dirige la institución; pero Estrada Palma designa a otra persona como director.
Regresa al terruño natal para desempeñarse como patólogo en Camagüey, Sibanicú y Cascorro. Cesanteado nuevamente, marcha como escribiente a la aduana de Manzanillo. Otro grande de la ciencia cubana, coterráneo suyo, Carlos J. Finlay oficializa su reconocimiento médico y lo ubica frente a la sanidad del Caney.
En la segunda Patria chica, Santiago de Cuba, muere el 9 de noviembre de 1908. Los amigos colaboran con la familia para su sepelio. Hombre de gran fortuna, había entregado sus bienes a la causa independentista. Sus restos descansan en el Cementerio Santa Ifigenia.
De su vida y obra las palabras del camagüeyano Enrique José Varona dan fe al recordarlo como: “Espíritu curioso, infatigable en la búsqueda, poniendo en cuanto hacía su alma toda, siempre original por su independencia de criterio, hasta en los trabajos de pura erudición […]”.
Lamentablemente, la ciudad natal no posee un lugar que lleve el nombre del distinguido médico y patriota camagüeyano. La vivienda donde residió su familia tampoco exhibe una señalización al respecto. Hoy, divulgar su historia es un deber de los camagüeyanos y de la medicina cubana.
Referencias:
– Rafael Argilagos Loret de Mola. Dr Francisco R Argilagos Guimferrer. Su vida y obra. Santiago de Cuba, 1915.