Desde pequeños aprendemos en nuestras escuelas que Carlos Manuel de Céspedes es el Padre de la Patria, no solo porque levantó la bandera de la insurrección el 10 de octubre de 1868 sino porque se negó a abandonar la causa ante el chantaje que incluía la amenaza de fusilar a su hijo. Sin embargo, algunas pruebas históricas nos llevan a pensar que Amado Oscar de Céspedes ya había sido fusilado antes de que el Capitán General, Caballero de Rodas, le enviara la deshonesta propuesta de deposición de cargos a Céspedes.
Uno de los historiadores encargados de indagar sobre el fusilamiento de Oscar de Céspedes es Fernando Crespo Baró, quien junto a un equipo de trabajo que integra a investigadores de la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey y el Arzobispado de la provincia.
“Los datos que indican que Oscar de Céspedes fue fusilado el 29 de mayo, los encontramos en archivo de la parroquia del Santo Cristo del Buen Viaje, en el libro numero ocho de enterramientos de blancos, que abarca desde julio de 1854 hasta enero de 1876. Dice ´Cárcel Nacional, día 29, Oscar de Céspedes y Céspedes´ es decir, que esto da a suponer que la carta enviada a Céspedes con fecha 1ro de junio, en la cual se le decía que se le perdonaría la pena de muerte a su hijo si él abandonaba la Revolución, no dejaba de ser una felonía.” Comenta Crespo Baró.
Hoy un monumento rememora a independentistas fusilados por las fuerzas del colonialismo español en la tapia posterior del antiguo cuartel de infantería. En la base del monumento figura el nombre de Oscar de Céspedes y los siete compañeros que fueron capturados junto a él.
Por suerte para los cubanos, Céspedes no cayó en la sucia estratagema elaborada por el Capitán General español y en una muestra de entrega absoluta respondió con vehemencia.
Campamento del Cayagual, junio 2 de 1870
Excelentísimo señor Capitán General,
Caballero de Rodas
Excelentísimo señor:
Es en mi poder la carta de V.E, donde me informa de la fatal desgracia en que mi hijo Oscar ha sido hecho prisionero por fuerzas de su mando; y a su vez la combinación que me hace V.E, para salvar a mi hijo, de que abandone el país ofreciéndome lugar de salida. Duro se me hace pensar que un militar digno y pundonoroso como V.E, pueda permitir semejante venganza, si no acato su voluntad, pero si así lo hiciere, Oscar no es mi único hijo, lo son todos los cubanos que mueran por nuestras libertades patrias.
Dios guarde a usted muchos años
Carlos Manuel de Céspedes