Parque Ignacio Agramonte, sitio emblemático de Camagüey

Foto: Víctor Pando Gonzales
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El parque Ignacio Agramonte Loynaz deviene simbólico desde el antaño Puerto Príncipe, como espacio público al que accedían sus habitantes para el diálogo y la recreación propia de la época.

Las edificaciones que en sus entornos se encuentran sugieren el poder y la jerarquía de esta antigua Plaza de Armas que centraba las actividades más importantes de la villa.

En su centro se erige el monumento al Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz, develado en 1912 por su esposa Amalia Simoni Argilagos cuando ya la plaza tomaba el nombre de Parque Agramonte en honor al independentista camagüeyano.

En la plaza se encuentran, además, cuatro palmas sembradas de forma secreta en honor a los independentistas Joaquín de Agüero, Tomás Betancourt, Miguel Benavides y Fernando de Zayas, fusilados el 12 de agosto de 1851en la antigua sabana de Méndez hoy Plaza Joaquín de Agüero.

En el año 2000 la Oficina del Historiador de la Ciudad llevó a cabo un proceso de rehabilitación en el mismo, con el objetivo de rescatar, resaltar y preservar los valores que por siglos han identificado a la más céntrica plaza del Camagüey, siendo reinaugurada el 2 de febrero de 2001.

El mismo fue escenario en el año 2009 de la proclamación oficial a una parte del Centro Histórico de nuestra ciudad como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Tras siglos de historia el Parque Agramonte aun acoge a cientos de citadinos y transeúntes, de allí la necesidad de fomentar el cuidado de su estructura y ambientación, independientemente de las necesarias reparaciones que pueda llevar a cabo la Oficina del Historiador en su afán de preservar los valores patrimoniales. Es responsabilidad del pueblo camagüeyano que el pasar de los años no le reste encantos, al contrario, le hagan más interesante y atractivo.

El patinaje, montar bicicletas, andar por el césped o utilizar de manera incorrecta sus bancos, van totalmente en contra de esa idiosincrasia que por años ha caracterizado al pueblo camagüeyano.

Lejos de estos hechos preservemos la tradición de un pueblo culto y orgullo de su ciudad.

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