Era la mañana del 25 de noviembre, desde muy temprano diferentes sectores de la población camagüeyana fueron a ofrecer sus respetos en el salón Jimaguayú de la Plaza de la Revolución, donde se dio el último adiós al Comandante en Jefe, hace 4 años.
Cerca de las 10.00 AM un grupo de trabajadores de la Plaza, periodistas, obreros y especialistas de diferentes ramos, convocados por la Oficina del Historiador; nos reunimos para escuchar los testimonios de quienes laboraron sin descanso en aquellas horas tristes, para lograr el digno homenaje.
Testimonios
A Medina nunca le había escuchado la voz, a no ser para su cordial saludo cuando llegamos al salón Nicolás Guillén, donde siempre está ante la consola del sonido; pero su sentido relato sobre la encomienda de recibir las cenizas de Fidel, con los acordes del himno de Bayamo, me emocionó. Cada palabra entre quebradas y enérgicas, dejaron claros sus sentimientos y el compromiso de continuar brindando servicios desde su trinchera, que vas más allá del control del audio; porque en ese digno colectivo es el único hombre y asume todo lo que puede para ayudar a sus compañeras.
Otra emotiva historia fue la de Isela García Yero, la antigua directora de la institución, quien en el momento de las honras fúnebres asumió junto a su colectivo toda la responsabilidad, para que lo que es hoy el sagrado salón Jimaguayú, acogiera con todos los detalles en la noche del primero de diciembre, los restos mortales del Comandante.
Isela no puede contener las lágrimas, revive la tristeza que embargó a todo el pueblo de Cuba; pero siente que fue un honor asumir aquella tarea y desde entonces, creció su compromiso de no dejar espacio para el olvido. Aquellos días paralizaron al país para despedir a su líder eterno.
La mirada periodística
Quien realizó el documental que recoge las vivencias y emociones de la despedida fue el periodista de la televisión camagüeyana, Orestes G. Casanova, para él resultó una inmensa oportunidad poder documentar tan trascendental suceso, donde sorprenden las diversas muestras de cariño y dolor de los ciudadanos hacia El Comandante; mientras que a los espectadores que visitan el sagrado sitio se les proyecta de manera exclusiva, produciéndoles sentimientos encontrados y muchas lágrimas.
Pedro Paneque, es el periodista de la Radio que realizó la mayoría de las coberturas a las visitas de Fidel al territorio agramontino. Su orgullo por haber vivido de cerca tantos momentos que marcaron el desarrollo político y económico de la provincia y quedaron en la historia, son sin dudas sus mejores tesoros. La desaparición física del Comandante no la vio como una pérdida, sino como su paso a la inmortalidad; porque su obra vive en cada uno de nosotros cuando hacemos el bien.