Por amar la historia …

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La historia de los pueblos debe guardarse inviolablemente en el alma de los hombres que sean capaces de transmitirla de generación a generación para que no sea olvidada.

Este don y arte que es diestro para rescatar valores intangibles, memorias, lugares, personalidades suele despertarse como cualquier vocación por curiosidad o amor; pero como diría una profesora muy encumbrada que tuve “solo en la praxis se prueba al buen profesional”.

En este ir y venir que es la vida, unos años más cercanos  a las aulas, otros creando un camino más largo; siempre conocemos a excelentes profesionales que por su grandeza humana trascienden a los múltiples planos en los que se le puedan evaluar.

En mi paso por la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey he tenido la oportunidad  de conocer a maravillosas personas y profesionales también; que aman la historia y el patrimonio sin ser historiadores titulados, a personas que estudiaron arquitectura, urbanismo, comunicación, economía, arqueología; pero que en su hacer diario cultivan esa semillita del cuidado de la memoria histórica para luego ver el fruto.

También he visto a excelentes historiadores que le destellan los ojos con solo hablar de Agramonte, de Torres Lasqueti, de la historia del ferrocarril en Camagüey, de lo que no solo fue; sino de lo que será si todos amamos a la ciudad que vivimos a la ciudad que somos.

Por eso en el día del historiador inundamos un cofre de agradecimiento y se lo regalamos a esas personitas que se desvelan porque lo que somos, fuimos y seremos conserve su esencia.

Foto: tomada de misionesonline.net

Licenciada en Periodismo por la Universidad de Camagüey (2014). Editora de textos. Profesora universitaria. Cubana 100%. Me encanta mi profesión, la música, la naturaleza. Adoro el amor de la familia y de los amigos sinceros. Confío en el mejoramiento humano. Defiendo los animales e irradio amor cuando escucho al dúo Buena Fe o cuando mi hija me dice que me ama.
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