Potencialidad arqueológica del centro histórico de Camagüey

Fotos: Cortesía de la autora
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Lic. Karen María Hernández Rodríguez

El Centro Histórico de la ciudad de Camagüey posee valores de autenticidad e integridad de tipo arquitectónico, histórico, artístico y arqueológico, con un sinuoso trazado urbano, en que se destaca el sistema de espacios públicos, plazas principales, presididos por iglesias dando acento a cada barrio y conjunto de viviendas.

El mismo fue declarado Monumento Nacional en 1978 y parte de su núcleo más antiguo, se declaró Patrimonio Cultural en el 2008. Con la declaratoria, se incentivaron investigaciones encaminados a la salvaguarda de los bienes patrimoniales como los referidos a la evolución histórica, morfología urbana; aspectos socio culturales, caracterización arquitectónica y arqueológica.

Potencial arqueológico del centro histórico de la ciudad de Camagüey

La arqueología urbana, es una línea de investigación de la arqueología, que estudia los centros urbanos. Enriquece la visión de la ciudad y permite reconstrucción e interpretación del pasado y el tratamiento de bienes del patrimonio arqueológico para su protección.

Actualmente muchos investigadores se refieren a este tipo patrimonio como parte del Patrimonio Cultural, conformado por los vestigios e indicadores que reflejan actividades y relaciones humanas de las generaciones que nos anteceden.

El estudio de la cultura material como bien patrimonial, considera a la ciudad en su conjunto como sitio arqueológico único y complejo. A partir de esta concepción surge la necesidad de conocer el potencial arqueológico en el área declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, por parte de especialistas del Gabinete de Arqueología de la OHCC, con el objetivo de caracterizar e identificar el patrimonio arqueológico de la ciudad de Camagüey y los lugares que se relacionan con la misma.

Como primera tarea, se diseñó un modelo de registro de los datos con la “Cartilla de Control arqueológico del centro histórico de la ciudad de Camagüey”; la que se realizó de forma aleatoria en una muestra de 1265 casos de los de los 2843 que posee esta área.

En el estudio no se incluyeron la ejecución de excavaciones arqueológicas; en cambio, se aplicaron métodos no destructivos como la prospección arqueológica de superficie y de los indicadores de potencialidad arqueológica; recogida de artefactos a nivel de superficie; técnicas como el registro fotográfico de cada uno de los inmuebles y de la entrevista a los residentes de los inmuebles de la zona patrimonio Cultural.

 

Análisis de los resultados

Se estableció un sistema de categorías que responde al uso actual de los inmuebles a partir de la constatación de los demás indicadores y su variabilidad en los contextos, donde la categoría de mayor frecuencia es la vivienda. Se consideraron tres variables a tener en cuenta: arquitectónica, histórica y arqueológica.

Con referencia a la primera, se tomaron elementos tipológicos como tipo de arco y de cubierta, época de construcción, y la presencia de tinajones  sobre todo de aquellos que poseen fechado o inscripciones, validos en la determinación de una cronología relativa de la datación de los contextos. Los cuales se fabricaron, para el uso en el abasto de agua y su fabricación se debilitó con la construcción del acueducto en 1907 en la ciudad. (Calvera, 2013).

En el análisis de la muestra se registraron un total de 479 tinajones, todos pertenecientes al siglo XIX. Dentro de los cuales 55 poseen inscripciones y 86 piezas mantienen fechado. Los períodos representativos que se identificaronse centran en dos etapas fundamentales, de 1800-1820, y de 1850- 1870 respectivamente, con algunas excepciones del final de la centuria.

 

En relación a la variable histórica, con la revisión de fuentes documentales, se pudo establecer un fechado preciso en los tienen documentación histórica. La cronología se estableció a partir de los Fondos del Archivo Histórico Provincial de Camagüey, del Registro de la Propiedad, y la consideración de la periodización de los elementos arquitectónicos (Prieto, 2001).

Sin embargo, se aclara que existe un considerable número de casos en los que se desconoce una cronología relativa por no poseer fuentes documentales, pero que puede ser esclarecido mediante excavación arqueológica según el grado de potencialidad de cada contexto.

Con respecto a la variable arqueológica supuso identificar presencia de restos arqueológicos y la localización de elementos diagnostico como las antiguas letrinas, pozo de brocal segado, aljibes, hundimiento de piso. La localización de estos indicadores en los contextos –asociado al hallazgo de desechos domésticos–, tuvieron usos diferentes, pero que en un momento dado, muchos de estos se reutilizaron como colectores de basura de forma preventiva o intensiva.

La desaparición de estos espacios, se debió a que muchos sitios se adecuaron a la modernidad de los albores del siglo XX, situación que transformó paulatinamente los comportamientos de las prácticas sanitarias (McCarthy & Ward, 2000).

Las ordenanzas Sanitarias de 1906, dispusieron nuevas disposiciones para la ciudad de Camagüey como eliminación de pozos de brocal, tinajones y letrinas. Sim embargo, el estudio arrojo datos de que no sucedió de forma inmediata, se identificaron la existencia de 139 caso de antiguas letrinas, 161 pozos de brocal y 94 aljibes. Con la instalación del sistema de alcantarillado residencial y de desagüe –privilegio para la época–, fue requerida su instalación en los nuevos edificios de la instalación sanitaria; y otros propietarios lo incorporaron para pasar a la renovación, siempre en dependencia de la clase económica, y social que habitaba el espacio.

En consecuencia, durante el estudio el mayor número de hallazgos arqueológicos en la ciudad, se reportaron en la categoría Vivienda, sobre todo en el espacio doméstico que ocupa el patio y traspatio[1], los que a su vez funcionaron como lugares de depositación de la basura y de objetos[2], que el momento de ser descartados y arrojados se convierten en registro arqueológico. Los hallazgos se produjeron por excavaciones arqueológicas, hallazgos fortuitos por los propietarios; y los que se realizaron el durante la prospección del terreno como parte del estudio.

En el caso de los hallazgos fortuitos, los niveles más altos se localizaron en  el contexto doméstico, por la ocurrencia del sellado, limpieza y eliminación de antiguas letrinas, pozos, aljibes, cocina de campana, en los espacios del patio y el traspatio; o por acciones constructivas dentro del inmueble, instalaciones sanitarias, solución a hundimientos de pisos. Producto de esto, la mayor parte de los objetos se desecharon; y muy pocos, individuos notificaron los hallazgos a instancias gubernamentales, museos o la Oficina del Historiador.

Los resultados del análisis de los proceso de formación de deposicionales, se comprobó en las observaciones del terreno. Los materiales arqueológicos recuperados en superficie, varían, en su tipología, y aparecen fragmentados mayoritariamente, con proliferación de material doméstico, uso culinario o de tipo constructivo.

 

Zonificación arqueológica de la Zona Patrimonio Cultural

A partir de estos resultados se definieron tres niveles de protección arqueológica que entran en relación con aquellos sitios que resguardan la mayor cantidad indicadores. El conjunto de estos, se considera como la zona de mayor valor. Estos niveles de protección se clasifican en: alto, medio y bajo; y cada responde al comportamiento de los indicadores de potencialidad en el área de estudio por zonas arqueológicas.

Una zona arqueológica se compone por el área donde existen bienes, cuyo estudio exige la aplicación preferentemente de métodos arqueológicos, hayan sido o no extraídos, se encuentren en la superficie, como en el subsuelo, con el propósito de su gestión y manejo del patrimonio arqueológico.

Para este estudio, se establecen tres zonas de protección arqueológica, como resultado del análisis espacial que incorporó la información obtenida del inventario arqueológico, y una visión integrada de este potencial, así como una caracterización del comportamiento de los indicadores, que pueden coincidir o no con las zonas de protección que ya posee la  ciudad, pero que carecen de protección:

  • Zona Arqueológica 1: zona de protección arqueología alta.
  • Zona Arqueológica 2: zona de protección arqueología medio.
  • Zona Arqueológica 3: zona de protección arqueología baja.

Es necesario decir, que esta zonificación se realizó a partir de indicadores arqueológicos, y se excluyeron los elementos tipológicos, urbanísticos o hechos históricos ocurridos en los espacios, puesto que no ofrecen información sobre los restos materiales de los contextos.

Con respecto a Zona Arqueológica[3] 1, está conformada por 72 inmuebles, de los cuales 61 son viviendas, conservan varios indicadores[4], o espacios en donde el subsuelo cuenta probabilidades ciertas de contar con depósitos arqueológicos. Se localizan en 13 manzanas de las 80 que posee la Zona Patrimonio Cultural, las que se ubican principalmente barrio de san Juan de Dios, el Carmen, o aquellos cercanos a los templos católicos de la Iglesia La Merced, La Soledad, San Francisco y La Catedral.

La Zona Arqueológica 2, está conformada por 216 solares, los que entran en una Escala de Riesgo y son vulnerables a ser transformados. Son 26 manzanas que se ubican en los límites de la calle Hospital y Lugareño; las manzanas que limitan por el norte con la calle Martí, por el sur con la calle padre Olallo, por el este con Independencia, por el oeste con Academia. Así como Hermanos Agüeros, Luaces, San Rafael, San Ramón se destacan en esta zona.

Es necesario decir, que la mayoría de los casos que pertenecen a la Zona Arqueológica 1 y Zona Arqueológica 2, pertenecen a la categoría domésticas lo que dificulta el manejo de estos sitios que padecen de alteraciones en el subsuelo o entran en contradicción con los intereses de los propietarios.

La Zona Arqueológica 3 se compone de 977 inmuebles, los cuales no representan interés arqueológico significativo. Son contextos que debido su la dinámica constructiva han sido muy trasformados en el subsuelo y no conservan indicadores de potencialidad, ni se reportan hallazgos arqueológicos. Es el caso de la zona comercial de la ciudad, y áreas de servicios, los espacios públicos, como la Plaza de los Trabajadores, la calle Avellaneda, Cisneros, y toda el área cercana al río Hatibonico.

La definición de estas zonas, exige la formulación de regulaciones que vele por estos recursos teniendo como base el valor científico intrínseco que este posee con acciones efectivas de gestión y protección.

Conclusiones

A partir de la metodología empleada, y del trabajo de campo se obtuvo se identificó la presencia/ausencia de indicadores arqueológicos y su localización en los inmuebles, lo que posibilito establecer frecuencias. Se comprobó que la categoría vivienda representa, los índices más altos, pero paralelamente, constituye el espacio más afectado en cuanto a grados de transformaciones y alteraciones en los alzados y en el subsuelo.

El comportamiento de estos, y las frecuencias en los que se manifiesta, posibilitó grados de perceptibilidad en las diferentes zonas de protección en que se delimita la zona Patrimonio Cultural, desde criterios arqueológico que deben ser adecuados a los existen sobre la ciudad y considerarse en los planes urbanos de la ciudad.

Referencias

Calvera, J. (2013). Tinajones de Puerto Principe. En I. Hernández, Visiones Préteritas. Encuentro arqueológico I (pág. 13). Camagüey: El Lugareño.

Gómez, L., Cento, E., Prieto, O., & Mas, V. (2009). Guía de Arquitectura y Paisaje. Camagüey- Ciego de Avila. Sevilla- Camagüey: Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio.

Le Riverand, J. (1992). Problemas de la formación agrario de Cuba. Siglo XVI- XVII. La Habana: Ciencias sociales.

McCarthy, J., & Ward, J. A. (2000). Sanitation practices, depositional processes, and interpretive contexts of Minneapolis privies. Historical Archaeology, 1(34), 11-129.

Prieto, O. (2001). Vivienda colonial camagüeyana. En S. d. Coruña, Arquitectura de la casa cubana (págs. 81-164). La Coruña.

Venegas, C. (1979). Dos etapas de colonización y expansión urbana. La Habana: Editora Politica.

Wheeler, K. (2000). View from the Outhouse: What We Can Learn from the Excavation of Privies. Historical Archaeology, 4(34), 1-2.

[1] El patio y traspatio, eran lugares alejados de las actividades domésticas, el sitio donde se ubicaba la letrina para evitar los malos olores que estos producían.

[2] Los hallazgos de artefactos en estos espacios se relacionan con las actividades domésticas. En su mayoría, se relacionan con los utensilios empleados en la cocción, elaboración y consumo de los alimentos, los cuales eran descartados por presentan roturas o desgaste. Los artefactos de mayor frecuencia fueron los de cerámica, vidrio. Sin embargo otros tienen relación con la función del espacio o constituyen  elementos constructivos de los inmuebles.

[3] Zona arqueológica. A partir de ahora ZArq.

[4] Indicadores: presencia de letrinas selladas, pozos segados, hallazgos de artefactos, hundimiento de piso, aljibe sellado.

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