Cada vez que escucho el spot televisivo, “ Que bella es mi ciudad´´, que en la voz del Dr. Eusebio Leal Spengler, se esta transmitiendo por la televisión cubana recientemente, con motivo del próximo aniversario 500 de la fundación de la villa de San Cristóbal de la Habana, recuerdo nuestros preparativos, cuando en el año 2014, el Camagüey, llegó también a ese cumpleaños.
Qué satisfacción sentimos, cuánto compromiso con la población…Solo se sabe cuándo se ha pasado por esa experiencia inigualable y sobre todo cuando se es trabajador de una institución que posee tanta responsabilidad en la salvaguarda y preservación del patrimonio, como es la Oficina del Historiador de la ciudad.
Bien sabe Leal lo que significa la belleza de su terruño y la indiscutible analogía que posee con la bella Santiago, como suele decirle. Estas son dos urbes que guardan tesoros muy valiosos de nuestra historia patria.
Siempre recuerdo mi estancia allí cuando era estudiante. De vuelta al pasado que me transporta a sus monumentos, plazas, museos, teatros, parques, playas, a los helados de Coppelia donde acudía con frecuencia sobre todo bien avanzada la noche sabiendo que la encontraría abierta y dispuesta a acoger a cuanto ciudadano la visitar, en fin, sus calles de la parte vieja y su malecón, lugar casi obligatorio donde acudir y mucho más si, como nosotros los agramontinos, tenemos el mar tan distante.
Esa Habana de ajetreo y distancias no caminables, esa Habana de noches convertidas en días, esa Habana de todos, esa, la que resguarda la Giraldilla, y nos invita perennemente a volver a ella.
En ella viví, me formé, y aprendí a ser más que una joven de esos tiempos de las caminatas y los conciertos en la escalinata de la Universidad, donde Silvio y Pablo o el Grupo Moncada aglutinaban a los estudiantes en su entorno para cantarle a algún acontecimiento histórico importante, como ocurre también en estos tiempos. Es que ayer, como hoy, siempre nos unieron intereses comunes, los de defender criterios y posturas similares a los de siempre, a los de entonces.
Sin lugar a dudas si somos cubanos estamos felices por este festejo que se nos avecina, estemos en el lugar del mundo en que nos encontremos, pues la Habana es nuestra capital, nuestro paradigma, es la ciudad a la que acudimos como referente, es esa estrella a la que volvemos los ojos y siempre tendremos algún recuerdo en nuestros corazones.
Felicidades pues a esa linda señora, que nos abre los brazos eternamente invitándonos a descubrir sus secretos y excepcionales valores. A esa ciudad que como nuestro Camagüey también es Patrimonio Cultural de la Humanidad.