Al llegar septiembre, también llega el ajetreo propio del comienzo del curso escolar. Se oye a cada paso hablar del aula y la maestra, de los libros y la merienda, en fin, preocupaciones propias de este momento tan importante para la vida de todos. Sí, porque los estudiantes de hoy serán los trabajadores del mañana, los que se encargarán de llevar adelante el legado de los que ahora, hacen del Camagüey una mejor urbe.
Pero si avanza un poquito más el mes, se encuentra que desde hace veinte años apareció en nuestro municipio un movimiento que revolucionó la ciudad. De todas partes acudían niños entre 6 ó 7 años- y hasta 15- para hacer las pruebas de captación en todas las manifestaciones artísticas ¿Para pertenecer a qué? Pues al Conjunto Artístico Arlequín, el cual fue creado precisamente el día 19 de septiembre, auspiciado por la Oficina del Historiador de la ciudad, en coordinación con las direcciones de Educación y Cultura.
Ha pasado el tiempo…
¡Mire que ha llovido, como dice el dicho, desde ese momento hasta acá!, y cómo han ocurrido sucesos y acontecimientos de todo tipo. La mayoría dignos de recordar y hasta de volver a vivir, por eso busco en mi baúl y aparecen ante mí los primeros instructores, probando decenas de muchachos que querían demostrar sus actitudes.
Padres, abuelos, tíos, familiares acompañándolos, queriendo saber siempre cómo habían salido y qué posibilidades tenían de ser escogidos. Y ya después, el primer espectáculo: “La guarandinga de Arroyo Blanco”, del dramaturgo y amigo Rómulo Loredo, desaparecido ya, pero no en aquel entonces, pues tuvimos la dicha de que pudiera asistir al estreno en el Teatro Principal, nuestro Coliseo mayor.
Los arlequines también son patrimonio
Después otros y otros montajes de obras que siempre han tenido que ver con la protección y preservación del patrimonio, la historia, las tradiciones, en fin que se parezcan a esta Villa desde sus inicios hasta ahora, pues nunca podremos negar lo nuevo, lo actual, eso que sigue siendo divisa vital para el Conjunto; la educación de sus integrantes en los valores más genuinos y puros de este pueblo camagüeyano, capaz de mantener esa condición tan bien ganada y otorgada por la UNESCO en 2008 de que parte de su Centro Histórico haya sido declarado Patrimonio de la Humanidad.
Si de algo estoy segura y a la vez satisfecha es de que este proyecto de creación artística que ya cumple dos décadas de fundado, no ha perdido su esencia continúa siendo ese remanso de paz donde los niños llegan, aprenden, se divierten, y salen con una huella que los distingue.
Impronta
Sin lugar a dudas, todos los que tuvieron la responsabilidad de formarlos, así como los que a través de los años han trabajado y colaborado con el mismo han sido celosos guardianes de hábitos, costumbres y buenas prácticas que transmitieron y continúan haciéndolo en virtud de que este Conjunto exista por muchos años más.
Enhorabuena arlequines, los de antes y los de ahora. Enhorabuena profesores, enhorabuena padres, familiares y educadores, enhorabuena instituciones que hicieron y hacen posible que ese sueño que un día tuvimos y creamos se mantenga siendo una viva realidad.
¡Felicidades a todos y larga vida para nuestro Conjunto Artístico Arlequín! Camagüey agradece su existencia.