Asistir a sus declamaciones conmueve a cualquier espectador. Puedes conocer la poesía, pero si la interpreta Reina Ayala Don, seguro la sentirás como un impulso en las fibras más sensibles del corazón. Es que ella nació para actuar. La escena y las luces le dan vida y energía. No existe nada más gratificante para esta camagüeyana que salir ante el público y regalarnos su manera exclusiva de decir.
50 años en retrospectiva
Todo comenzó en una audición para formar parte del Grupo Dramático de Camagüey, en 1973. Desde entonces, Reina no ha parado de aprender y superarse.
En aquellos tiempos la formación fue sobre la marcha, con talleres que ofrecían actores y actrices consagrados -quienes visitaban las provincias y compartían sus saberes con la nueva generación de teatristas.
Para descubrir más detalles acerca de la extensa carrera de tan versátil actriz, nos dimos cita en el centro donde labora actualmente, la sede del proyecto EJO. Bastó solamente una buena conversación para apreciar cuánto tiene para compartir con todo el estudiante que disfruta de sus clases.
La profesora
La palabra gratitud está en todas sus oraciones, pues su paso por diferentes agrupaciones fue aportándole conocimientos y perfilando su estilo.
Entre ellos, reconoce el Grupo Dramático como su mayor escuela, pues allí conoció a los actores camagüeyanos Héctor Echemendía y a su desaparecida esposa Elsa Blanco, entre otros profesores -quienes con todo cariño le ofrecieron el “ABC” de una actriz que con sólo 16 años se asomaba al mundo de las tablas.
Sus padres tuvieron que escribir una carta que autorizara su trabajo en las artes, pues era menor de edad. Recibió tanto apoyo, que su mejor manera de agradecerlo es como profesora.
Durante diez años laboró en la Escuela de Instructores de Arte y en la actualidad imparte clases en la Academia Vicentina de la Torre. Para ella, estar entre alumnos enseña y también aprende de ellos, porque los artistas nunca dejan de renovarse. “Quien cree que ya todo lo sabe -dice- se queda atrás”.
Una experiencia diferente
Muchos papeles y personajes ha encarnado Reina a lo largo de su carrera de medio siglo. La poesía tiene para ella un vuelo especial, pero también lo tuvo el tiempo que pasó por Teatro del Viento, de la mano de su director Fredy Núñez Estenoz, con su peculiar manera de hacer.
Asegura que junto a todos esos actores revivió sus años juveniles, pues sintió los nervios y la adrenalina que le provocaron sus nuevos personajes. Fue allí donde se sintió viva nuevamente en la escena. Entonces vuelve a sus labios la palabra gratitud.
Un bello recuerdo
Sin embargo, el más bello de sus recuerdos queda para un encuentro con Nicolas Guillén en la sede Nacional de la UNEAC. En los años ´80, Reina estaba en un curso en la capital. Como parte del mismo, fueron hasta la casa de los escritores; y para su alegría, pudo verlo recitar en vivo. Aún recuerda la emoción de escuchar su poesía a viva voz, siendo ya tan anciano.
Afirma que fue un regalo de la vida, pues Guillén es su escritor preferido. Desde entonces, su repertorio tiene muchas obras del Poeta Nacional.
Qué mejor lugar para invocarlo que en la sede del proyecto EJO, donde Reina forma parte del grupo Catalejos de Cuento. Allí sueña, cuenta y declama desde el corazón.
Para nuestra despedida, en esta cálida mañana de agosto, con toda esa gracia que ella desborda, recibo el regalo del volumen poesía del alma: Guitarra.
Preñada de son estira la carne dura/ arde la guitarra sola mientras la luna se acaba, arde libre de esclava bata de cola. /… Cógela tú guitarrero, límpiale de alcohol la boca y en esa guitarra toca… tu son entero.