Su figura a pie de obra no es, quizás, la más reconocida. Sin embargo, para que lo proyectado por el arquitecto llegue a buen término, la labor del ingeniero civil es imprescindible. En estos días en los que en la ciudad de Camagüey inicia una nueva faena en el complejo Las Cubanitas, te propongo conocer a un joven que estará cuidando cada detalle.
Él prefiere proyectar, pero una vez que ha soñado una obra no la deja. En el terreno donde con cemento y ladrillos van creciendo las paredes, él está atento. Calcula, revisa y supervisa junto con los constructores.
Martín Méndez Noya es un joven ingeniero civil que trabaja en el Departamento de Proyectos de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC). Hace unos tres años, forma parte de esa familia de especialistas, la cual lo ha motivado a enamorarse más de su profesión.
Llegó a nuestro encuentro algo nervioso y muy poco conversador, pero luego de compartir temas afines relacionados con el patrimonio y los encantadores sitios de la comarca, la conversación tomó un buen rumbo y dejó al descubierto a un muchacho entusiasta, que ama mucho a su Camagüey y disfruta su trabajo.
Los inicios
Un ingeniero civil llegó al preuniversitario donde estudiaba Martín, para hablar de esa especialidad. Desde entonces, el joven supo que ese era su camino.
La primera labor que enfrentó al graduarse de la carrera fue en el hostal San Rafael -ubicado en la plaza San Juan de Dios. Allí miró de cerca el mundo de la construcción y tomó algunos saberes de otros ingenieros.
Al comenzar en la OHCC, una remodelación en el Cementerio General le mostró otra cara de la ciudad con retos y encantos para un ingeniero con sensibilidad artística.
Por estos días, junto con otros jóvenes de su equipo, Martín se prepara para el soñado proyecto que devolverá una mejor imagen a la calle Independencia, iniciando por la esquina de su intersección con Ignacio Agramonte, en el conocido como parque de Las Cubanitas.
La obra
Comenzará por restaurar las instalaciones hidro – sanitarias, el pavimento, los bancos. Se remodelará el parque y la tarima, y finalmente abrazará un nuevo proyecto sociocultural que ambientará la zona y la imagen del área.
Además, como atractivo adicional, propone una simulación digital de lo que fue esa esquina en el pasado siglo, primero como vivienda y luego como un bar de la zona, sobre la década del ´50.
Sin dudas, mucho trabajo le aguarda al joven ingeniero. Romper la inercia provocada por la pandemia de COVID – 19 y comenzar esta obra en espera -que cerrará la imagen del llamado Triángulo de Oro del Centro Histórico de nuestra urbe- es un gran reto, impone desafíos y traerá conocimientos a jóvenes y expertos a pie de obra.
Gratitud
Este 11 de enero se unen dos celebraciones: la del Día del Ingeniero cubano y la del Día Internacional del Agradecimiento. Esta cronista encontró en Martín, además de a un joven ingeniero civil, a una persona que agradece a quienes han impulsado su carrera.
En esa retribución, él menciona a su tutor, al Rafael Espínola –el ingeniero que lo apoyó en la obra del Hostal-, a su jefa de Departamento, Elizabeth González, y de especial manera a la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, institución que sabe conducir muy bien a los recién graduados y formarlos en el amor al patrimonio.
Por eso, en esta jornada de celebraciones para difundir el valor de ser agradecidos con los demás, también me uno al sentir de este muchacho, que ya se visualiza caminando por el parque de Las Cubanitas reformado. Entra por la puerta imaginaria de lo que fue el lugar, y se asoma a otros tiempos, desde la ventana por donde florece su querido Camagüey.