Líder campesino que dedicó su vida a combatir por la tierra, el progreso social y el mejoramiento de las condiciones de vida del campesinado cubano. Nació el 19 de marzo de 1895 en las Tunas, en el seno de una humilde familia encabezada por Loreto Pupo Galiano. Pasó su adolescencia y juventud en las duras labores del campo, mostrando su inconformidad con la situación de los hombres de su clase.
En el año 1943 partió a Camagüey, donde levantó su hogar en tierras realengadas en Camalote, lugar donde tuvo que enfrentar las presiones de los terratenientes que obligaban a los campesinos al pago de rentas excesivas. A causa este hecho los agricultores realizaron una protesta, con el argumento de que dichas tierras le pertenecían al Estado y por tanto no se encontraban en la obligación de realizar un pago para su labrado. Más tarde se vinculó a la asociación campesina “Álvaro Reynoso”.
Las tierras donde vivían eran de interés de una compañía norteamericana y por ello le propusieron un cheque en blanco, su respuesta fue tajante: “No existe dinero para comprar la vergüenza del campesino” También le propusieron entregarle 50 caballerías de tierras como precio, a lo que contestó: “Si me entregaran el mismo Central Manatí, no lo cambio por el prestigio mío y de mi familia, ni por el derecho de los campesinos a la tierra”.
El destino del líder
En septiembre de 1948 fue elegido para la presidencia de una base campesina, convirtiéndose así en dirigente de la Asociación Campesina de Santa Lucía, en el barrio Álvaro Reynoso, perteneciente al territorio camagüeyano de Nuevitas. Su figura era cada vez más un obstáculo a las aspiraciones de la compañía norteamericana sobre la tierra, por lo que decidieron asesinarlo. El 20 de octubre de 1948 se consumó el crimen.
Su cadáver fue llevado a Nuevitas, al local del sindicato de los marinos, con el fin de rendirle tributo. Numerosas personas acompañaron sus restos hasta el cementerio de esa localidad, donde permaneció hasta después del triunfo de la Revolución, en 1959. Años más tarde los trasladan nuevamente, hacia un lugar cercano al sitio donde fue asesinado.