Santa Cecilia, ¿una celebración del pasado?

Foto: Archivo OHCC
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Por: Verónica Fernández Díaz

Cuenta la leyenda que Cecilia fue una virgen muy devota y obligada por sus padres a casarse. Un día, su marido la encontró junto con un arcángel en forma de joven mancebo y fue condenada a muerte por adulterio.

Tiempo después, el Papa Pascual I encontró el cuerpo de la santa envuelta en una tela de oro tinta en sangre con el siguiente emblema: Cantantibus organis Cecile Dominus de cantalat, que se traduce como «Cecilia, al son de los instrumentos cantaba el Hossana al señor». Fue así como pintores y poetas comenzaron a representarla tocando instrumentos como el órgano, el arpa o la cítara y se convirtió en la santa protectora de los músicos.[1]

La celebración decimonónica del 22 de noviembre se mantuvo de forma esporádica hasta la primera mitad del siglo XX en Camagüey. En las Memorias de la Benemérita Sociedad Popular de Santa Cecilia se describe la celebración como un concierto vocal e instrumental donde se presentaba lo más representativo de la música local y algunos invitados foráneos.

La celebración desapareció cuando el local de la Sociedad fue utilizado con otros fines.[2] Desde entonces, el festejo de Santa Cecilia quedó en desuso, al menos en la ciudad cabecera, pues se tienen noticias de su celebración en viviendas del municipio de Florida. Entre ellas, una ubicada en el reparto Morales, y la más importante, en el hogar de la familia Reyes-Beckford, que, al decir de Norberto Reyes Beckford contó con el impulso inicial del flautista Orlando Beltrán Brunet, miembro de la orquesta Maravilla de Florida.[3]

A esta familia pertenece el contrabajista José Reyes Austin, el primer director de la orquesta Jóvenes Estrellas, luego Maravilla de Florida -surgida en aquella ciudad en 1948. Como en el siglo XIX, cada 22 de noviembre José Reyes Austin y su esposa Edita Beckford Robinson asumieron la celebración de Santa Cecilia en su vivienda. Para la ocasión construían un altar jerarquizado mediante escalones cubierto con un mantel blanco y 22 velas.

En la parte superior del mismo se colocaba una imagen de Santa Cecilia adornada con flores, dulces y bebidas caseras. Alrededor se situaban las agrupaciones musicales invitadas para amenizar la velada. En aquellas celebraciones se presentaron agrupaciones del territorio como el conjunto de Enriquito y sus muchachos, La clave, Serenata de Florida y, por supuesto, la orquesta Maravilla de Florida.

Para ocasiones muy especiales y de manera esporádica se tuvo el acompañamiento de autoridades eclesiásticas que celebraban la misa del día 22 dedicada a la santa e instituciones culturales como la Casa de la Trova Pedro Loforte Sablón. En esta se realizaron una serie de actividades encaminadas a dar a conocer, mediante conferencias y charlas a cargo de promotores culturales, la vida de Santa Cecilia y su celebración en otras partes del mundo —sobre todo durante el Festival de la trova Félix Agüero—.

También se  realizaban talleres de pintura y dibujo con la finalidad de popularizar su imagen; se promovieron encuentros con músicos y estudiantes para cantar a Santa Cecilia y motivar nuevas creaciones musicales en su honor; así como la expoventa de artículos artesanales con la imagen de Santa Cecilia. Al terminar estas actividades, los artistas y el público se trasladaban a la vivienda de la familia Reyes- Beckford para continuar la velada musical que se extendía hasta la madrugada.[4]

La celebración tuvo también momentos de silencio por razones diversas. Una de ellas, el luto por la muerte de algún familiar cercano, o por condiciones económicas desfavorables que ha vivido el país como el Período Especial. Pero ha contado con el apoyo promocional de personalidades como Eladio, Don Pancho, Terry -también conocido como el Rey del Chekeré, compositor y director de la orquesta Maravilla de Florida durante algún tiempo- quien promocionó la celebración floridana de la Santa Cecilia en programas estelares de la radio cubana como “Alegrías de sobremesa”.

Si bien no ha tenido un apoyo constante de las autoridades culturales del municipio, ha pervivido como una celebración familiar que con el paso del tiempo renace y se renueva con jóvenes egresados muchas veces de las escuelas de arte de la provincia.

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[1] Para un conocimiento más amplio sobre la historia de Santa Cecilia consultar Bohemia. Revista semanal ilustrada No. 29, Época I, 19 de noviembre de 1910. Pp. 336-337.

[2] Consultar A. Barrios Pascual: Notas históricas de la Benemérita Sociedad Popular de Santa Cecilia.  Compañía Impresora de Camagüey, 1921.

[3] Verónica Fernández: Entrevista audiograbada a Norberto Reyes Beckford, febrero de 2018.

[4] Lamentablemente estas actividades fueron decayendo por falta de promoción suficiente y el público joven perdió interés.

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