No hacen faltas días marcados para compendiar en apenas una cuartilla mi punto de vista acerca del legado ético-humanista de la obra del Apóstol de todos los cubanos. José Martí constituye la cumbre del pensamiento ético en Cuba y su elevada expresión a nivel nacional y continental, primero propugnada por Bolívar, enriquecida por Félix Varela, José de Luz y Caballero, y Enrique José Varona, y luego por Martí que fue el artífice y visionario de los pensamientos americanos antecedentes y precedentes a su tiempo.
La ética en Martí
La moral desde la óptica martiana se caracteriza esencialmente por la negación del individualismo y el cumplimiento del deber social de manera sencilla y natural. Los valores de los hombres junto a su cultura e historia, las relaciones humanas y la conducta. La Edad de Oro, aún escrita para los niños, pensada para ellos, y traducida a su idioma, resulta un vivo ejemplo del legado ético y moral que les heredó a cada generación, por eso cuando se abandona la infancia y se releen nuevamente estas páginas se continúa aprendido; nos crecemos ante las adversidades y míseras de cada tiempo.
La Edad de Oro
En esta hermosa obra de amor dedicada a los niños de nuestra América aspira a que seamos “hombres que digan lo que piensan, y lo digan bien: hombres elocuentes y sinceros”, es allí donde la sinceridad se entrelaza con la honradez y la valentía: “Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado”.
¡Cuántos valores en solo tres frases! Era muy grande nuestro Martí, y lo digo midiendo de la cabeza al cielo porque es así como se les toma la estatura a los hombres que dejan huellas para siempre en la vida de todas las generaciones.
Los valores martianos
En el ideario ético martiano, el amor, el humanismo y el patriotismo forman una triada indivisible que explica por si misma la fuerza propulsora de la transformación, a partir de la convicción de lo esencialmente significativo en la vida.
El amor como fuerza humana suprema, valor en sí mismo y conducto de valores, se acopla armónicamente de modo especial con el patriotismo, concebido por Martí como síntesis de todos los valores. “El patriotismo no es más que amor”
Una torre tan infinita de valores y consejos nos ha legado el maestro y amigo de los niños, por eso resulta imposible no hablar de él cuando de valores, ética y moral se trata. Él siempre guiará nuestro camino como el sol destellante que baña esta isla de sueños y esperanzas donde los cubanos seguimos creando sin límites, donde los cuabanos respiramos cultura, tradición y patrimonio.