Llegamos al parque Enrique José Varona frente al conocido Pre del Casino, varios miembros de la Asociación de Combatientes estaban reunidos allí desde temprano, la ocasión es un sueño hecho realidad para muchos, por fin El Rubio de la Guerrilla de El Che, tiene rostro entre los camagüeyanos.
Un busto esculpido en barro con el corazón y la destreza del artista Roberto Estrada y llevado al bronce por la fundación Cagüayo, ante un pedido de sus compañeros de lucha, es ya una realidad, gracias a la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, siempre presta a mantener vivas las memorias de esta urbe.
Al acercarme, varias historias de Jesús Suárez Gayol afloraron de los recuerdos de sus compañeros de lucha, quienes fueron testigos y cómplices, de las citas en ese lugar, a la salida del otrora Instituto de Segunda Enseñanza, escenario de aquellos jóvenes por derrocar al tirano Fulgencio Batista.
Ante su expectativa por ver el rostro de Gayol, recordé a mi tío abuelo Enrique Atiénzar Peláez (padre del periodista de Adelante, Enrique Atiénzar) quien también fue miembro de aquellas luchas estudiantiles y siempre traía con gran admiración, una nueva historia del revolucionario.
Comienza el acto
El parque se fue llenando de jóvenes del preuniversitario Álvaro Morell, profesores, autoridades del Partido y el Gobierno en el territorio, artistas, periodistas y pueblo en general.
El cantautor camagüeyano Antonio Batista, regaló un canto a los imprescindibles, luego Antonio Fontes Carvajo, a nombre de los combatientes y compañeros de Suárez Gayol; rememoró algunas cualidades del joven luchador.
De Suárez Gayol
Un muchacho nacido en Las Tunas, de padres asturianos, que casi sin saber leer descubre a José Martí y se aferra a sus enseñanzas; que hasta a sus padres extranjeros, lograba ponerlos de pie por respeto al himno nacional cubano. A su madre doña Aurora Gayol le decía jocosamente que era su “Mariana Grajales gallega”.
Se destacó por su posición contra la dictadura de Batista, organizó la Federación de Estudiantes Secundarios en esta ciudad, donde vivió más de una década, y fue uno de los fundadores del Movimiento 26 de Julio en la localidad, algunos de sus compañeros de lucha aún lo recuerdan con sus discursos convincentes rodeado de jóvenes, frente al otrora Instituto, con su alegría y vitalidad.
Conoció las cárceles policiales de la dictadura y fue víctima de torturas y golpizas. Viajó de México a Cuba en 1958 en la expedición El Corojo, fue allí, bajo el mando de El Che, que obtuvo los grados de Capitán y después del triunfo de la Revolución, ejerció varios cargos dentro del sector industrial azucarero.
Era viceministro de Azúcar en el momento del llamado del Che para incorporarse a la guerrilla boliviana. Su sangre fue la primera en abonar aquellas tierras hermanas.
La develación
El momento genera tensiones, la emoción en Fontes hace que sus manos tiemblen, acompañado de Federico Hernández, Primer Secretario del PCC en la provincia, y la Gobernadora Yoseily Góngora, además junto a su compañero Eduardo Rivero, destejen los lazos y telas que cubren el busto, al caer la tarde, el brillo del bronce nos regala su mirada.
Un aplauso cerrado y la humedad en los ojos de los presentes, dan la bienvenida al joven deportista, devenido guerrillero, de ideales profundos y corazón dulce y sencillo.
Para la posteridad
Al culminar el evento formal, como los jóvenes que fueron en aquellos años de efervescencia revolucionaria, reunidos ante el pedestal, los compañeros de Gayol quieren una foto, le piden a Federico (secretario del PCC) y a Joseíto (director de la OHCC) que los acompañen, lamentándose de los que ya no están.
Entonces vuelvo a recordar al tío Enrique, quien como Gayol, era un hombre recto, de ideales inquebrantables y fiel por siempre a su revolución, siento que falta en esa fotografía.
Así como la instantánea, queda el busto homenaje a Jesús Suárez Gayol, que hablará a las futuras generaciones sobre los sacrificios necesarios para un bien común. Ese valiente muchacho, inspiró a los jóvenes de su época, dando muestra de sus firmes opiniones. Por eso desde hoy, sobre la tierra donde creció su pensamiento, sentiremos necesidad de “servir desde los puestos de vanguardia”.